¡El movimiento Slow, un estilo de vida!

 Redacción. Rita Milian

El movimiento Slow

Septiembre representa la vuelta a la rutina laboral después de las vacaciones. Vuelven las obligaciones diarias, y esa obsesión por ser productivos en todo momento aprovechando al máximo cada minuto del día. ¡Te proponemos una manera de retomar tus tareas de forma paulatina!

La era de la velocidad

La sociedad nos obliga a ser siempre eficientes y a hacerlo en el menor tiempo posible. El hecho de vivir en la era digital nos supone estar expuestos a un exceso de información constante, nos llegan comunicaciones por muchas fuentes distintas. Esta intensidad lleva a la mente al límite y no le permite acabar de procesar lo que está sucediendo.
La mayoría hemos vivido épocas así, sentimos que deberíamos bajar el ritmo pero no nos lo permitimos. Por algún motivo ser lento está muy mal visto y es algo negativo. Ser lento es ser tonto y tener limitaciones para desarrollarse correctamente.

Origen del movimiento Slow

El movimiento Slow surgió para reivindicar una forma de vida más equilibrada, pudiendo ser más selectivos y conscientes de como invertimos nuestro tiempo.

Uno de los precursores de la desaceleración fue el italiano Carlo Petrini. En 1989 lideró una campaña contra la cadena de fast food Mc Donald’s frente a la apertura de un restaurante en Roma. Como contraposición fundó el movimiento Slow Food. Representaba la comida hecha con tiempo, con productos frescos y a partir de recetas tradicionales.

A partir de entonces, el movimiento Slow no hizo más que crecer. Actualmente, los ámbitos del movimiento Slow abarca ámbitos como la moda. Slow Fashion es un movimiento de moda sostenible, en contra de la ropa producida masivamente y el gran impacto medioambiental que supone.

Beneficios del movimiento Slow

El hecho de ir más lentos nos permite ganar una gran calidad de vida. Ya que hacemos menos cosas, pero al estar completamente centrados en lo que estamos haciendo, lo vivimos con más intensidad pudiendo llegar a lo más esencial.
  • Recuperar tu ritmo vital natural, siendo más consciente de ti mismo.
  • No estar pendiente de los dispositivos móviles, desintoxicarse de la comunicación digital.
  • Ser más selectivo con tus actividades y personas que realmente te importan.
  • Pasar tiempo realizando una actividad que te guste, como: leer, pintar, bailar, etc.
  • Disfrutar de una comida con tranquilidad, degustándola bien y respetando tu cuerpo.

El movimiento Slow
Dominik Hofbauer

¿Cómo te relacionas con el tiempo? ¿Te has parado a pensar en tu ritmo diario? ¿A qué velocidad pasas los días? ¿Sientes que no recuerdas las películas o los libros que estás leyendo? ¿Te encuentras cansado física y psicológicamente?

¡Entonces tienes que unirte al movimiento Slow!


Redacción. Rita Milian de Kreiveco
Fotografía portada. Valentina Ivanova

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