Formentera, la isla del eterno azul. Es la isla más pequeña en un rincón mágico de Baleares. Cuando llegas a este lugar, crees haber encontrado el paraíso. Un paraíso sin nada de ostentación, disfrutas del placer de dejar transcurrir los días. Es sinónimo de desconexión absoluta. En el artículo anterior me acompañaste por Ibiza, que, si no pudiste leerlo, te lo dejo aquí. Formentera no tiene aeropuerto, por eso de nuestro viaje a Ibiza, nos desplazamos a esta hermosa isla, que solo separan ambas de un corto traslado de unos treinta minutos aproximadamente en un ferri rápido. También existen ferris desde la península. Desde Denia en concreto en dos horas y media estás tomando un baño en esta maravilla de lugar.
¡Prepárate para disfrutar de sus playas, de su sabor a mar de sus platos típicos, de su historia, de su estilo relajado y particular, de largos y tranquilos paseos en bicicleta! Te avanzo que algún turista despistado se cree que Formentera es una réplica en miniatura de Ibiza, y nada más lejos de la realidad. Hoy nos zambullimos en Formentera, la antítesis de Ibiza.
Si hay una cosa que puedes experimentar en Formentera es ir de playa en playa y de cala en cala, y entre playa y cala, lo mejor es refrescarse en cualquiera de los chiringuitos que puedes encontrar a lo largo de toda la orilla de la isla, te prometo una lista que te encantará.
¡Comenzamos este viaje! Acompáñame…
Formentera es diferente, es pura, tiene casas sencillas, pocas carreteras y ni un solo semáforo. Vayas donde vayas no tiene pérdida, aquí no te hace falta GPS. Por su tamaño es una isla ideal para recorrerla en bicicleta, además es completamente llana y expuesta al mar. Encontrarás infinidad de tiendas de alquiler de bicicletas desde el mismo puerto.
¡Anímate y pedalea la isla! Dicen que es la única isla del mundo que se puede recorrer entera en veinticuatro horas caminando, es decir un día exacto. Aunque si no te ves animado a ir en bicicleta, también puedes alquilar una moto, un coche,… incluso un quad. Éstos últimos en julio y agosto no se pueden alquilar.
Una vez tienes tu vehículo para trasladarte, haremos la primera parada, nuestro hotel.
Todo el mundo habla de los azules de Formentera, los lugareños seguro que son capaces de reconocer más de trescientos tipos de azules diferentes, aunque en la isla también hay otra paleta de colores, los verdes y ocres. ¿Sabías que Formentera forma junto a Ibiza las islas Pitiusas? Que en griego significa “abundancia de pinos”.
Y hablando de pinos, quería darte la primera de dos opciones de hoteles que me encantan en la isla.
Apartamentos Paraíso de los Pinos, unos apartamentos que son un lujo para la vista, están ubicados entre San Francesc Xavier y Migjorn, es una zona tranquila en un entorno único y todas las instalaciones para no querer salir del recinto. Aunque no te preocupes, después te voy a recomendar lugares que te provocarán salir a la aventura. Está a pocos metros de la Playa de Migjorn.
Hotel Cala Saona, es la otra opción que te propongo, ubicado en la cala homónima. Es un hotel con spa que ofrece unas vistas privilegiadas tanto a las montañas como al mar.
Ambas opciones son cuatro estrellas, pero puedes esperar a encontrar promociones y así aprovechar a disfrutar de una de estas dos maravillas. ¿Con cuál te quedas?
Faro de la Mola, comenzamos la ruta por Formentera en la punta más alta y más al este de este paraíso natural. Es uno de los lugares más atractivos y turísticos de la isla de Formentera, este faro se encuentra en un acantilado de más de ciento veinte metros de altura. Se le conoce como el “faro de Julio Verne”, porque el escritor francés lo incluyó en una de sus novelas de viajes y aventuras. Podrás encontrar una placa conmemorativa dedicada. Aquí verás un amanecer precioso. Deja los atardeceres para los lugares que te diré más adelante.
Fira Artesanal de la Mola, en Formentera existen seis mercadillos hippies, éste que te comento se sitúa en Es Pilar de la Mola. Encontrarás puestos de artesanía y conciertos en vivo.
Restaurante Mirador, de camino a Es Pilar de la Mola y su faro, o de vuelta hacia el oeste de la isla, puedes disfrutar las vistas de la isla partida en dos que simboliza la cintura de una mujer y podrás ver a un lado la Playa de Es Caló y al otro la Playa de Migjorn.
Playa de Es Caló, en muchas playas de Formentera e Ibiza, como en ésta, encontrarás pasarelas de madera, esto no es solo estético, el motivo por el cual las construyeron es para que los usuarios no pisaran la arena y así proteger las dunas. También encontrarás casetas y muelles hechos a mano en las calas para ayudarse a subir los barcos. Ésta playa está situada en la parte más estrecha del istmo.
Restaurante Can Rafaelet, toda visita a Formentera debería incluir parada obligatoria a la terraza de este restaurante. Ubícate mirando al mar y disfruta de sus vistas y su comida. Los lugareños ocupan la mayoría de la clientela, por algo será. Pídete su bullit de peix.
Restaurante Es Caló, un lujo en primera línea de playa.
Caló d’es Morts, es la foto de nuestra portada del artículo, y si eres curioso te preguntarás porqué se llama así. En el pueblo más cercano, antes no había cementerio y la manera que tenían de sacar los cadáveres era en esta cala más apartada. Hoy en día es uno de los lugares más recomendados para visitar. Y yo por supuesto no solo te lo recomiendo, sino que además te regalo un truquito, aquí si tienes que venir con provisiones, de bebida y comida, puesto que estás en medio del paraíso y no encontrarás chiringuito alguno.
Playa de Migjorn, es una gran playa al sur de la isla, se puede decir que son varias playas y calas en una. Es muy tranquila y de aguas cristalinas.
Pirata Bus, disfruta de un atardecer en este chiringuito mítico y carismático de la zona que además amenizan con música. Aquí disfrutas de mucho más que una puesta de sol. Tiene una historia bastante curiosa, ya que por el nombre imaginarás que nació de un bus, que fue abandonado en la playa de Migjorn por un fallo mecánico. Más tarde el bus fue retirado y el chiringuito pasó a ser reemplazado por un kiosko de madera. Ahora solo le queda el nombre, pero la historia permanece.
Chiringuito de Bartolo, este sencillo chiringuito de tablones con cinco mesas de madera colocadas en una inmensa playa define el espíritu de Formentera. Ideal para beber y picar algo entre baño y baño. Si quieres vivir la emoción de Formentera al 100% no te lo pierdas.
Restaurante Pelayo, es uno de los lugares que no te puedes perder, párate a probar su langosta con conejo y su bullit de peix.
Restaurante Kiosko 62, el sitio ideal para tomar una cerveza bien fresquita frente al mar. Te diré una curiosidad, están tan involucrados con el medio ambiente que, si llegas a su local de la manera más sostenible posible, es decir, sin utilizar ningún vehículo a motor, te hacen un descuento. De ti depende como llegues, utiliza tu imaginación, llega caminando, o en algún vehículo, y desde tierra, mar o aire, pero ¡recuerda, nada de motor!
Restaurante Sa Platjeta, aquí disfrutaría de la fritura de pulpo, las gambas al ajillo y por supuesto, de la paella de pescado y marisco. Te ofrecerán gratis unas hierbas ibicencas, con gran toque a anís, para cerrar la velada.
Torre de Garroveret, este lugar transmite historia, es un buen ejemplo de las numerosas construcciones que protegían a las Islas Pitiusas, mediante un sistema de señales de humo o fuego, entre las diferentes torres de Formentera e Ibiza se avisaban si avistaban naves enemigas y de piratas.
Faro de Cap de Barbária, uno de los faros más visitados de Baleares. Formentera no es solo un lugar de ensueño, sino también una isla de película. Es el emblema de Formentera y también portada de la famosa película “Lucía y el Sexo” protagonizada por Paz Vega, que hizo famosa estas vistas. Es un lugar muy sensual y romántico y la película supo captar muy bien la sensualidad de esta isla. Desde donde te obligan a dejar tu vehículo a motor hasta el faro, ¡sí, no puedes pasar ni con coche, ni con moto! hay unos dos kilómetros de camino, y te diré que merece la pena hacerlo. Y si escogiste la bicicleta como tu compañera de ruta, ¡felicidades! Puedes seguir el camino hasta el final. Llegando al faro, debes introducirte por la “cova foralada” para llegar a lo que se conoce como “el balcón del mar” y disfrutar de un atardecer de película, nunca mejor dicho. Sabes al llegar que no es que tenga algo especial, y aun así te enamora.
Cala Saona, esta cala recomendada por los lugareños y te recuerdo que está ubicado uno de los dos hoteles que te recomendé. Esta cala tiene zona de playa y zona de rocas, ésta última está menos transitada por la gente.
Sant Francesc Xavier, es la capital de la isla. Es agradable pasear por sus callejuelas pequeñas con casitas bajas. Uno de los puntos turísticos para ver en esta zona es el Museo etnográfico de San Francesc, y los Molinos de Miranda. Desde los Molinos se puede ver una preciosa panorámica de estany des Peix y Pudent, y también del Parque Natural de ses Salines.
Faro de Sa Savina, en Formentera hay dos faros muy conocidos, que ya los hemos mencionado. Y he de decirte que, aunque es bastante desconocido existe un tercer faro en la isla. Es una pena que el faro de la Savina, permanezca casi inexistente, cuando es el que nos recibe al llegar a Formentera, puesto que está al lado del Puerto y el último que nos despide cuando nos vamos en el ferry.
Es Cavall d’en Borrás, pasarela hacía la playa, de las preferidas para los amantes de las puestas de sol.
Restaurante Beso Beach, ubicado en la playa anteriormente mencionada. Su comida, su música y sus mojitos son sus secretos. Además, con su famoso banco del Beso Beach, que gracias al #nohayveranosinbeso, se ha convertido en una de las localizaciones más icónicas de la isla.
Es Molí de Sal, un restaurante en un antiguo molino prueba su langosta frita con sobrasada y huevo y ¡me cuentas!
Restaurante Can Carlitos, solo te diré que tienes que probar la tosta de sobrasada y miel, ¡manjar de dioses!
Ses Illetes, uno de los lugares más bonitos de Formentera. Es considerada una de las mejores playas del mundo. Es de esos lugares donde se confunde el azul del cielo con el mar. Es como estar en el caribe sin desplazarte tantos kilómetros. Es una de las más visitadas porque además está muy cerca del puerto.
Playa de Llevant, esta playa está al otro lado de Ses Illetes. Estar entre ambas playas es una maravilla. Ambas tan cercanas y diferentes, ambas se dan la espalda la una a la otra. Una muestra su lado tranquilo, como una piscina natural, como una balsa. Y la otra muestra su lado más picado y salvaje.
Espalmador, si quieres vivir una experiencia inolvidable, debes visitar la Isla de Espalmador, ya sea a pie o en barco. Te llevará una media hora de ida y otra media hora de vuelta a pie desde el final del Pas des Trucadors, aparece con la marea baja una especie de camino como un puente secreto de unos cien metros que enlazan ambos puntos. Es desaconsejable atravesarlo a nado o a pie debido a las corrientes marinas. Te recomiendo que, si te animas a realizar el camino vayas bien provisionado con gafas de sol, protección solar, agua, escarpines, y ¡cámara para inmortalizar el momento! Es un lugar virgen, no hay ni chiringuitos, ni hoteles, ni tiendas para comprar nada, así que llévate solo lo imprescindible pero también lo necesario.
Restaurante Chez-Gerdí, en la zona es Pujols, donde además de tomarte un mojito puedes hacerte la foto de postureo del verano. Esta zona es muy turística.
Blat Picat, ideal para desayunar, ubicado en la zona San Ferran de ses Roques, un pueblo de interior que en verano realizan mercadillos de artesanía.
Te recomiendo mil veces que visites Formentera, ya que para mí es más que una isla, ¡es un estado de ánimo! Además, este lugar tiene un don, otorga al turista la sensación de creer que está descubriendo la isla. La isla de la libertad, y donde dicen que todo está permitido, ¿te lo vas a perder?
Como siempre te dejo el enlace de Google Maps, con todos los lugares mencionados en el artículo aquí, para que no se te escape nada, y lo tengas todo al alcance de tu mano.
Las experiencias hay que vivirlas para poder entenderlas y ésta es la magia de viajar. Porque los viajes son experiencias que se quedan de por vida.
Viajar hacía fuera y hacia dentro, nuestro interior, un viaje introspectivo que te hace sentir vivo.
Te espero en nuestro siguiente viaje, que será… ¡dejaré que lo descubras en dos semanas!
Redacción. Aurora Ubiña