Propósito del año: Emigrar…


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Donde algunos se equivocan por confiados y otros salen airosos del resultado

“Emigrar es la esencia
del Darwinismo:
La búsqueda de la supervivencia
aún por encima de tu arraigo”
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             En una frase de pocas palabras, la RAE resume de una manera muy sutil y simple el concepto de emigrar, pues sí, parece fácil que “… Una persona que sale de su país, ciudad o pueblo para establecerse en otro”, sea algo a lo que muchos nos hemos visto en la necesidad de decidir; ya digo yo, que emigrar no es para todo el mundo, donde algunos se equivocan por confiados y otros salen airosos del resultado.

            Asimismo, en lo de airosos no es que esto sea una ficha de ajedrez donde jugamos a ver qué pasa, jamás he puesto en duda la dificultad desde el minuto uno que lo piensas, lo ejecutas y luego recoges los frutos; es sin duda la tesis de vida más grande que me ha tocado escribir, lo único que tenía era un posible título donde mi propósito del año era emigrar y bien dirían mis profesores de metodología, ahora bien empecemos por: introducción, objetivos y mucha investigación, sí sin duda, mucho de eso último.

            Decididamente, año tras año todos nos vamos llenando de esa lista infinita de propósitos y metas, pero yo tenía muchos años queriendo con todas mis fuerzas: emigrar, saltar al vacío; es así como un día de octubre del 2014, en medio de mi jornada laboral llaman al teléfono y en  la pantalla se iluminaba uno de los números más largos que había recibido nunca, tan largo como desconocido, seguidamente decidí responder (cosa que normalmente no habría hecho, pero menos mal esta vez sí me atreví). Eran de una universidad en España a la que había postulado hacía muchos meses para una beca, me decían que había sido seleccionada y que solo les hacía falta una carta de motivación y mis documentos personales para saber si era apta o no a tal mérito… ¡Señoras y señores, yo no sé cuántos minutos más duro esa llamada, ni cuánta información me estaban ofreciendo, quería colgar, necesitaba llegar a casa y redactar, pensar en cómo le diría a mi familia, novio, trabajo, amigos está noticia y luego pensar en partir.

            Seguidamente, con introducción terminada empezaban las dudas de mis objetivos, conjuntamente por objeciones que solo fundamentaban mi inseguridad. No había siquiera empezado el plan de salida, y mis dudas comenzaban a tomar flote, es ahí donde va mi recomendación: fueron cinco meses de búsqueda diaria, investigación constante, mil formas de llegar a mi escuela, presupuesto necesario, ayudas en embajadas o consulados, convenios entre países, mi salud física y emocional, imprimir mapas, estudiar las estaciones de metro, preguntar y más preguntar, apoyarme en todas las redes sociales existentes, buscar la dirección de todos los sitios de interés legal y sobre todo cómo podría ser una más en ese lugar, el luto de emigrante lo debía soltar antes de montarme en el avión.

            Sin duda, Isabel Allende lo define: “…aprendí pronto que al emigrar se pierden las muletas que han servido de sostén hasta entonces, hay que comenzar desde cero, porque el pasado se borra de un plumazo y a nadie le importa de dónde uno viene o qué ha hecho antes”; quizá es radical pensar que no le importarás a nadie, depende del país a donde llegues te harán cocinar, cantar y hasta imitaran tu acento… aunque muchas veces -en mi caso, que soy venezolana- me terminan hablando ‘cubano, colombiano o hasta argentino’, harás amigos de “guerra”, muchos que como tú escriben su historia, te tocará ayudar y nunca te niegues a hacerlo, y lo más importante cada uno de ellos serán tu nueva familia, dejo aquí un gracias a todos ellos.

            Porque, emigrar son emociones, los más grandes miedos y las más bonitas ilusiones, es ver a tu familia llorar y luego verlos sonreír, son mil preguntas sin respuesta aparente y el posible arrepentimiento, son muchas horas sin dormir, pero ojo que arrepentirse es válido, pero antes de hacerlo pregúntate por que algún día paso ese pensamiento por tu cabeza, y quizá ahí este la respuesta de porque decidiste quedarte o marcharte. Algún día mirarás hacía atrás y debes saber que no hay mejor decisión que esa, donde los sueños se mantienen, donde habrás aprendido nuevas culturas, increíbles comidas y sobre todo lo que nadie podrá explicarte: vivir tu propia experiencia, el propio fracaso, más de un mérito y espero que también la felicidad.


            Cabe destacar, que el apoyo de tu familia es fundamental, afortunadamente para mí lo era todo, si tienes esta parte esencial de tu estabilidad emocional en el sitio donde vas a llegar, tienes mucho ganado; por mi parte el camino lo haría sola, sin siquiera un conocido, pero miren aquí estoy, lo logré. Mi perro era quizá a lo único que no podía explicarle mi decisión y sin duda uno de los seres más difíciles de dejar, y sí, tu vida se resume en dos maletas y no es precisamente el espacio más grande para una vida entera, pero la decisión si la pensaste debes ejecutarla, seguimos con este proyecto de vida hasta el final, investiga qué tipo de ayudas puedes necesitar si estas solo en ese país, qué servicios sanitarios y emergencias disponibles tienes para ti, tu salud y bienestar deben estar de la mano de una buena decisión.

            Agrego, no te confíes, el emigrante debe ser precavido, si decides hacerlo debes ser organizado y muy prudente; es la organización de un viaje, un viaje de vida… ejecuta bien tus acciones monetarias, investiga qué tanto se adecuan los cambios de moneda de tu país de salida al destino, y cómo atravesaras fianzas, inmuebles, tasas legales, matriculas, transporte y sobre todo alimentación, pregunta a todos los conocidos que tengas en ese lugar, es mejor tener respuestas en el disco duro mental que un hoyo negro en el camino; las embajadas suelen ser una buena referencia para esos temas.


            Y por último, no idealices, estas no son unas vacaciones infinitas, habrás tomado una lección que cambiará tu vida para siempre, y sea cual sea tu camino te habrá arrojado un aprendizaje inolvidable, la magia no existe, deberás trabajar, seguramente tendrás que olvidar muchas costumbres y adaptarte a otras, unas te gustarán y otras no tanto, al principio serás turista en cada cosa que veas, pero piensa que desde el momento que llegas debes ser uno más contando está historia, en ese sitio que luego pasarás a llamar: hogar.




Redacción y Fotografías. Alexandra Ruggiero

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