Protectores solares urbanos: El cuidado de la piel a pie de calle.


Veinte años atrás no éramos tan conscientes de la importancia de proteger nuestra piel de la radiación solar. Recuerdo mis veranos en Altafulla, la playa abarrotada y prácticamente nadie se aplicaba protector, sólo a los niños o los turistas con pieles muy claras. En cambio si abusaban de aceites bronceadores, como los de zanahoria, que no contaban con apenas factor de protección, buscando, únicamente, acelerar el bronceado.

Estas malas prácticas han derivado en pieles envejecidas prematuramente, sobretodo la zona del pecho y del rostro, donde predominan manchas y arrugas.

Gracias a que la ciencia ha avanzado y que cada día somos más conscientes del daño de la radiación UVB (causantes de las quemaduras solares y causante del cáncer de piel) y UVA (ocasionando el envejecimiento prematuro), las firmas cosméticas se han puesto las pilas y cada año innovan con nuevas fórmulas, texturas y acabados, con lo que ya no hay excusa.

Sigue muy viva la creencia que la radiación solar sólo nos afecta en verano, sobretodo cuando nos exponemos directamente, pero ese es un error grandioso. El sol sale los 365 días y la radiación UVA nos daña la piel todo el año, no solamente cuando nos tumbamos en la playa cual lagarto.

En esta ocasión me gustaría centrarme en la importancia de coger el hábito de incluir en nuestra rutina el protector solar, aún muy desconocido para muchos o simplemente por pereza, como el resto de pasos.

Se conocen dos tipos de protectores, según el uso que le vayamos a dar, por un lado las fórmulas pensadas para la exposición solar, más densas, untuosas, la mayoría dejan el antiestético residuo blanco. Aunque firmas como isdin se han reinventado para ofrecernos fórmulas invisibles sin perder su efectividad.


Y por otro lado los conocidos como protectores urbanos, es decir, el último paso de nuestra rutina diaria de skincare. Este se debe aplicar después de la hidratante, aunque ésta lleve SPF, no es suficiente, siempre tenemos que asegurarnos la protección con un producto cuyo fin sea este.
Otra diferencia es que los protectores urbanos son fórmulas más ligeras y contienen antioxidantes en sus componentes. Con esto se crea un escudo invisible que protege nuestro rostro de agentes externos como la polución e incluso de la luz azul, que es la que emiten los dispositivos móviles y ordenadores, restando luminosidad a nuestra dermis.

Y para acabar, puntualizar y a modo recordatorio, no sólo es primordial protegernos, sino también aplicar la cantidad óptima, que cubra todo el rostro, orejas, cuello e incluso escote, renovando cada par de horas, el tiempo de efectividad que tienen los protectores con spf más altos. Para este uso podemos encontrar en el mercado, protectores con formato bruma que permiten la aplicación sobre el maquillaje, ya que es incolora, lo que no ahorra estar retocándolo con cada uso.


¿Conocíais la diferencia entre esto tipos de protectores?
¿Os sentís identificadas con el remember de años atrás?.



Redacción: Elisabet Barcelona

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