Vamos a hacer una especie de teatrillo para representar la Leyenda de Sant Jordi. Y la contaré de una manera muy especial, con la ayuda de unos muñequitos hechos por nosotr@s mism@s con rollos de papel higiénico.
Los materiales que necesitaremos son los siguientes:
- rollos de papel higiénico.
- cartón
- pintura de varios colores: rosa, verde, marrón, negra, amarilla.... los colores que más os gusten.
- lana de diferentes colores.
- retales de ropa de varios colores.
- cartulinas (dorada, roja, etc)
- goma eva de colores (rojo, verde, blanco, gris,amarillo y naranja)
- pegamento líquido.
- pistola de silicona.
Daré unas pequeñas pinceladas de cómo se hace, porque es una manualidad que podéis hacer a vuestro gusto y como queráis.
Empezaremos con el Castillo:
Para el castillo he utilizado dos rollos de papel de cocina, cartulina roja, dos rollos de papel higiénico y cartón.
Lo primero, haremos una base de cartón para fijar nuestro castillo, haremos un recuadro y lo pintaremos con pintura acrílica verde. Después, dibujaremos nuestro castillo en el cartón, como nos guste, lo recortaremos y lo decoraremos ( yo lo he pintado de marrón y le he hecho unas ventanas y una puerta). A continuación pintamos también los dos rollos de papel de cocina y los dos rollos de papel higiénico también de marrón. Haremos unos conos de cartulina roja para poner encima de las torres y unas banderitas que coronaran nuestras torres.
Las banderitas las he hecho con goma eva blanca y las he pintado, pero podéis utilizar el material que queráis.
Una vez está todo bien seco, pasamos a montar el castillo. Lo fijaremos todo en la base verde con silicona. Os quedará así:
Una vez tenemos los cuerpos, vamos a hacer las pelucas, yo las he hecho con lana y con algodón, pero se puede hacer con papel, con goma eva, con lo que tengáis por casa.
Empezamos con la Princesa:
Del mismo modo, haremos al Rey:
Para el pelo he utilizado algodón y le he hecho una corona con cartulina dorada.
Nuestro Rey ya está listo:
Le toca el turno a nuestro San Jordi.
Le haremos los complementos con goma eva: casco, escudo, espada, etc. Le pondremos una plumita en el casco. A Sant Jordi también le he hecho un brazo con goma eva para que pueda sujetar la espada y la rosa :). Nos va a quedar así de mono:
De igual forma, haremos nuestros Dragón. Para hacer el dragón he utilizado dos rollos, uno de papel de cocina para que el dragón sea más alto y un rollo de papel higiénico cortado por la mitad para hacer la cara. Para el resto del cuerpo (alas, patas, cola, dientes, fuego) he usado goma eva.
Por último haremos los animalitos que aparecen en la Leyenda (oveja, caballo y vaca)
Cómo habéis podido ver, se trata de un trabajo que permite utilizar muchísimos materiales, los que tengas por casa y consiste en cortar y pegar los materiales dándoles la forma que pretendes conseguir. Es muy sencillo y además podéis hacer cualquier personaje o animal que os propongáis. En nuestro caso hemos elegido los protagonistas de la Leyenda de Sant Jordi.
Yo aquí contaré la que se cuenta en Cataluña.
La Leyenda de Sant Jordi y el Dragón
Cuenta la leyenda, que
cerca de la villa de Montblanc había un enorme dragón que se había instalado a
las afueras del pueblo.
El dragón estaba causando estragos entre el ganado y atemorizando a todos los habitantes del pueblo.
En su búsqueda de alimento, cada vez se aproximaba más a las murallas, por lo que los vecinos tuvieron que buscar una forma de mantenerlo apartado.
Decidieron darle comida, empezaron dándole de comer ovejas,
cuando éstas se acabaron, siguieron con las vacas,
y luego con los caballos.
Ya no quedaba ningún animal en el pueblo, pero el dragón continuaba teniendo hambre. Los vecinos no sabían que hacer para mantener apartado al dragón y no tuvieron más remedio que sacrificar a los propios habitantes.
Metieron los nombres de todos en un puchero, también el del rey, y el de su hija, la princesa, y cada día una mano inocente sacaba un papel con el nombre de la persona que sería ofrecida como comida al dragón.
Una tarde la escogida fue la princesa,
el rey lloró y suplicó a sus súbditos por la vida de su hija, pero de nada le sirvió, ya que no era el único padre desconsolado.
Tenía que cumplirse lo pactado, así que la joven salió de las murallas y se dirigió hacia su triste destino.
El dragón estaba causando estragos entre el ganado y atemorizando a todos los habitantes del pueblo.
En su búsqueda de alimento, cada vez se aproximaba más a las murallas, por lo que los vecinos tuvieron que buscar una forma de mantenerlo apartado.
Decidieron darle comida, empezaron dándole de comer ovejas,
cuando éstas se acabaron, siguieron con las vacas,
y luego con los caballos.
Ya no quedaba ningún animal en el pueblo, pero el dragón continuaba teniendo hambre. Los vecinos no sabían que hacer para mantener apartado al dragón y no tuvieron más remedio que sacrificar a los propios habitantes.
Metieron los nombres de todos en un puchero, también el del rey, y el de su hija, la princesa, y cada día una mano inocente sacaba un papel con el nombre de la persona que sería ofrecida como comida al dragón.
Una tarde la escogida fue la princesa,
el rey lloró y suplicó a sus súbditos por la vida de su hija, pero de nada le sirvió, ya que no era el único padre desconsolado.
Tenía que cumplirse lo pactado, así que la joven salió de las murallas y se dirigió hacia su triste destino.
Cuando el dragón se
acercó a coger a la princesa,
surgió entre la bruma un valiente caballero vestido de blanco, empuñando su espada.
El caballero logró clavarla en el corazón del dragón acabando con su vida.
De la herida del corazón salió un gran chorro de sangre que cayó al suelo
y en aquel mismo instante, creció un hermoso rosal y de sus ramas brotaron rojas rosas.
surgió entre la bruma un valiente caballero vestido de blanco, empuñando su espada.
El caballero logró clavarla en el corazón del dragón acabando con su vida.
De la herida del corazón salió un gran chorro de sangre que cayó al suelo
y en aquel mismo instante, creció un hermoso rosal y de sus ramas brotaron rojas rosas.
Todo el pueblo estaba
muy contento pues había conseguido matar al dragón, incluso el rey estaba tan
contento de que hubiera salvado a su hija que le ofreció su mano. Pero Sant
Jordi, muy agradecido, siguió su camino.
Semejante gesta hizo que
el santo caballero alcanzase fama y popularidad durante la Edad media, y que
fuera escogido patrón de la caballería y la nobleza.
Y por ese motivo el día de Sant Jordi la tradición es que los hombres regalen a las mujeres una rosa, y aprovechando que se celebra también el día del libro, las mujeres regalan un libro a los hombres. Espero que os haya gustado esta leyenda que os he contado, nos vemos en la próxima Carmelada.
Y os invitamos a poder ver mas de los trabajos que participan en el proyecto de Leyendas de Blogersando del mes de Abril