Silvia Moyano, una mujer apasionada por sus sueños, es la
responsable de haber creado El
Maniquí Vintage, un lugar que nos permite viajar a momentos llenos de
historia y belleza, es transportarse a otro tiempo y hacer que formen parte de
nuestras vidas.
Os cuento que por una decisión familiar y laboral,
decidieron ella y los suyos radicar por Barcelona, pero ha tenido la
oportunidad de vivir en el Caribe y algunos años en Sudamérica, ha viajado
mucho, todo eso le ha servido de experiencia, para poder conocer la diversidad
cultural que la ha enriquecido.
Vivo por Barcelona hace más de treinta años y me gusta mucho
porque es una ciudad, donde uno es anónima, donde uno puede ser lo que quiera
ser...
Me gusta la variedad de personas, las diversas
nacionalidades, es muy cosmopolita.
Silvia proviene de una familia Argentina con raíz Líbanes
por parte de su abuelo paterno, estudió "Trabajo Social" y se
desempeñó como asistente social en una empresa textil en Argentina; nos comenta
que está experiencia fue increíble, le sirvió de mucho para el momento que vive
actualmente.
Estudió Psicología pero tuvo que dejar a medias esta
profesión y cuando tuvo a su segunda hija, decidió estudiar Diseño.
Tenía que haber estudiado Diseño desde hace mucho, debía
haberlo hecho toda mi vida... ¡Siempre digo que nací con un trapo en la mano!
Mi madre tenía un gran sentido de la armonía y de la
estética, yo fui la primera niña en mi familia y ella volcó todo eso en mí,
desde muy pequeña siempre iba muy bien vestida, perfectamente peinada; porque
mi madre era muy rigurosa en la combinación de los colores, en los detalles, en
todas las prendas que me hacía…
Cuando nos habla sobre su infancia y todo lo que implicaron
sus padres en su vida, irradia orgullo y emoción.
Yo tengo una adicción por los zapatos, es más soy
coleccionista y ahora que lo recuerdo con cuatro o cinco años, me llevaban a
las zapaterías, me sentaban y me dejaban decidir lo que yo quería, dentro de un
orden, todo bajo una supervisión… ¡Tenía muy buen gusto! Claro contaba con un
padre y una madre amantes de los zapatos.
Mi madre era muy constante, ella siempre me explicaba todo y
desde muy pequeña ya reconocía cada tejido, cada textura, las sedas, el
algodón… Ya sabía diferenciarlos.
Tiene anécdotas que son nexos que la llevan a recordar su infancia y ahora
toman otro valor.
A esa edad tenía un vestido al que llamaba "vestido combinado", era
recto de líneas sencillas y siempre solía pedirle a mi madre lucir
ese vestido... ¡Por que me encantaba!...
Pasado el tiempo, cuando estudiaba diseño y
coincidían fechas con esa época, pude descubrir que el diseñador Yves
Saint Laurent, lanzó una colección inspirada en los cuadros de Mondrian y por
lo visto en Argentina, en la zona donde vivía, llegaba muy rápido esa
tendencia y mi madre sin saberlo, mando hacer un vestido que parecía un
Cuadro de Mondrian... ¡Yo tenía locura por ese vestido!
Son experiencias que he tenido desde muy pequeña...
Su pasión por el Vintage también fue una influencia de su
niñez, sobre todo por su padre, que guardaba diversos artilugios que
pertenecían a su abuelo, siempre le atrajo la historia que componía cada
detalle.
Yo adoraba a mi padre y con él era como algo misterioso, mi
padre conservaba detalles de mi abuelo en un cajón en el cual guardaba todo y
al abrirlo me volvía loca, cada cosa me invitaba a imaginar lo que había
sucedido en esa época… ¡Para mí todo eso tenía alma!
A fecha actual tengo todos esos objetos en mi casa... Toda
mi historia está a la vista, están integrados armónicamente en mi mundo.
Al concluir la carrera de diseño, su trabajo final fue una
colección de cuatro vestidos de Lino bordados con Vainica, nos comenta que uno
de ellos tenía más de 130 horas de trabajo a mano.
Yo buscaba algo que me emocionará... Era complicado y todo
surgió porque tenía locura con las toallas de lino, los bordados, las vainicas,
todo esto era como si abriera el baúl de la abuela y encontrará tesoros…
Invente vainicas más grandes y gordas y así nació mi
colección llamada “AROMAS DE ANTAÑO”, todos esos vestidos aun los conservo.
Vendí unos 10 a 12 vestidos de ese estilo, la verdad es que me
pagaron muy bien porque eran bordados hechos a mano y eran muy valorados.
El mejor reflejo de su alma... |
Trabajó como diseñadora en una empresa, pero decidió dejar
de lado el diseño para comenzar a prepararse para tener un negocio, así que en
el 2002 puso su primera tienda y solía viajar a París para traer productos, es
uno de los lugares donde descubre más detalles Vintage.
Pero a finales de los 90 y 2000, el Vintage estaba mal
visto, se tenía el concepto erróneo, de que eran prendas para gente pobre,
cuando ella comenzó en el 2003 con el tema del Vintage, la gente no lo
entendía, tuvo que luchar mucho, en esos tiempos existían pocas tiendas de ese
estilo, el de ella era la tercera en Barcelona.
Poco a poco la gente comenzó a entender el verdadero sentido
del Vintage, dejar de considerarlo antigüedad...
Para que una prenda sea Vintage, tiene que tener calidad,
diseño y edad, es considerado Vintage los de principios de los 90 hacía atrás,
hasta los años 20 a 25, después de ahí es antigüedad y no necesita
tener una marca… ¡Es como el vino, bueno y de buena añada!
Así empecé poco a poco, mis clientas comenzaron a adquirir
el Vintage que traía y en el 2013 tenía más Vintage en la tienda, sobre el 2015
buscaba otro lugar que cumpliera algunos detalles, y me trasladé al Barrio
Gótico... Para mí, era cumplir otro sueño.
Silvia es una mujer con mucha fuerza, irradia energía cuando
nos comenta sobre lo que le apasiona y nos permite descubrir la etapa en la que
está viviendo, es inspiradora, es todo un torbellino, realmente es una mujer
imparable.
Me gusta mucho estar sola, disfrutar de mi soledad, soy
alguien que nunca se aburre, porque siempre tengo algo que hacer, estoy
constantemente creando...
A esta edad, me está pasando algo muy curioso; tengo un
problema con la creatividad, se me dispara muchísimo y necesito frenar por que
me disperso…
Son todas mis vivencias, el almacenamiento de imágenes e
ideas, todo ha dado sus frutos… Estoy en un momento boyante de creatividad e
incluso para tomar decisiones de vida.
Se especializó en color y Moda con la experta Maria
Poch, es una de las personas que más sabe de color en España, es toda una
institución y pudo aprender muchos detalles con ella.
Todas estas experiencias han hecho posible que pueda
disfrutar de todo lo que implica su sueño y plasmarlos en su mejor
representación que es el Maniquí Vintage.
Quiero que al visitar mi tienda, se sientan cómodos, quiero
que sus ojos descansen, porque al ver armonía, la vista descansa y eso hace que
se pueda apreciar mejor lo que los rodea...
Que encuentren las prendas especiales, que puedan notar la
selección y lo que más me interesa es que puedan comprarlas… Es muy frustrante
que veas algo y no puedas acceder a ello por el precio, por eso tengo los
mejores precios, me puedo permitir tener prendas de buena calidad y asequibles;
porque no se me va la cabeza con los márgenes y soy una buena buscadora…
En mi tienda se perfectamente lo que tengo, siempre busco
calidad, me fijo en el diseño, en la edad de la prenda... No creo en la alta
gama porque no es mi armario, porque no todo son marcas, cuento con prendas de
Sonia Rykiel, Pertegaz, no me interesa cualquier prenda, si encuentro alguna
que sea de marca tampoco la deshecho, pero sobre todo me emociona si son
emblemáticos, me fascinan las prendas de los diseñadores que no son tan
conocidos, ellos tiene cosas de gran calidad.
Tenía una prenda preciosa de María Luisa Navarro, la verdad
es que no sabía que era madre de Amaya Arzuaga… Esos detalles son los que me
sorprenden.
Para Silvia es como un reto personal, se encuentra luchando
y trabajando día a día para que conozcan y aprecien su "Maniquí
Vintage", además de que reconoce que estar en una barrio tan emblemático
como el Barrio Gótico le ha traído muchas satisfacciones, ella siente que
estando ahí, no es invisible y tiene visitas de clientes de diversas partes del
mundo.
Viene mucho turismo, personas que conocen muy bien lo que es
la tendencia Vintage, la mayoría son de Nueva York, Londres, París que son
referentes, también cuento con mis clientas de toda la vida, a las cuales
adoro…
El mejor aliciente es cuando te dicen cosas, como la que me
dijo una clienta japonesa: ¡Es la tienda más bonita que he visto en Barcelona!…
Mi tienda es mi tesoro, amo las prendas, los complementos,
siempre trato de orientar a mis clientas.
Han habido casos que no se podían comprar las prendas por el
precio y las veía tan fascinadas por las piezas, que prefería quedar en un
precio con ellas y no permitir que se fueran sin lo que les había gustado...
Porque las sentía emocionadas.
Los mas pequeños detalles forman un todo |
Silvia es de las pocas personas que no suelen desconectar,
por que le apasiona tanto lo que hace, que cualquier momento es ideal para
crear.
Es una lectora de libros de sociología de la moda, también
le gusta la política, es deportista, de vez en cuando se va con su marido y su
gato a una casita que tiene a las afueras de Barcelona para disfrutar del
silencio, de la naturaleza, aunque siempre los tesoros la llaman.
Es una mujer de un estilo muy elegante, cada prenda que
suele llevar tiene armonía, por que no admite el concepto del disfraz.
Suelo ir vestida de negro y cuando se meten conmigo, les
digo que voy de negro pero la diferencia son las texturas, tengo básico y
cuando me pongo color, realmente me pongo color. Como el amarillo que
normalmente va en complementos, suelo hacer mezclas, como amarillo y berenjena,
a pesar de que no busco provocar, mis looks tienen mucho carácter, me gustan
los estampados, los vestidos de topos y unas chaquetas de rayas , me gustan las
cosas que no sean más de lo mismo.
No me gusta los bolsos de marca y si las tengo, prefiero que
las lleven por dentro, sólo yo tengo que saberlo, por ejemplo tengo un bolso
que adoro de Mariella Burani, nadie la conoce pero es ideal.
Me encanta el look Yohji Yamamoto, me gusta el cambio radical,
pero siempre en armonía, cuando siento que me voy a pasar, le consulto a mi
hijo; que es una persona muy creativa y me fío de sus ojos totalmente.
Esta muy orgullosa de todo lo que compone su tienda, cada
detalle es su mejor firma y espera muy pronto le gustaría abrir en un futuro
otro Maniquí Vintage.
Todo lo que conforma mi tienda ha sido idea mía, he
reformado los muebles con telas compensando los contrarios, tapizándolos y
armonizando los resultados…
Me suele suceder que cuando visitan mi tienda, muchas veces
se cambian fuera del probador, algunas clientas me han dicho que es por que se
sienten como en casa.
¡Me encanta estar en mi tienda, es mi refugio es mi segundo
hogar!
Recuerdo que un día pasaron una madre y su pequeña hija, la
pequeña estaba encantada con todo lo que veía y le dijo a su madre: ¿Mamá, ella
vive aquí, esta es su casa?… y la madre un poco avergonzada le decía: ¡No
cariño!…
Pero yo le dije que la dejará, que era lo más bonito que me
han dicho en la vida y eso no tiene precio.
Ella comprende que muy pocos jóvenes, sienten afición por
esta tendencia, que suelen incorporar otras modas, aunque sean pasajeras.
Siempre que puedo explico que es una forma de ir diferentes
y no como la masas, la idea es incorporar piezas que hacen que tu vestuario no
sea un disfraz, es necesario educar un poco más y generar una visión distinta.
Personalmente me fascina El Maniquí Vintage por que es un
tienda donde siempre existe algo que me sorprende y me emociona y Silvia es una
de las mejores anfitrionas que se puede tener.
Entrevista y fotografías realizadas por Karina Casquero Ch.