La alta costura nupcial española se vistió de arte y emoción en Atelier Couture

Atelier Couture 2025 - 14 edición


La 14ª edición de Atelier Couture se celebró los días 28 y 29 de octubre en la Sala Goya, en el recinto de la Real Fábrica de Tapices consolidándose como una de las pasarelas más esperadas del calendario nupcial español. Durante dos jornadas, el espacio se convirtió en un templo de creatividad, donde los mejores atelieres del país rindieron homenaje a la artesanía, la tradición y la emoción que solo la alta costura puede transmitir.

El evento arrancó con la elegancia precisa de Antonio Rabadán y Candelas & Felipa, que compartieron pasarela en una simbiosis de sutileza y carácter. Rabadán presentó una colección marcada por la pureza de líneas y tejidos etéreos, mientras Candelas & Felipa apostaron por una feminidad moderna, tejida con delicadeza artesanal. Carmen Alba y Genoveva Hita continuaron la jornada con propuestas que reinterpretaron la novia clásica desde la naturalidad y la textura. El cierre de la mañana lo protagonizaron Laura Lomas y Señorito Ortega, en el marco del programa Legado Artesano de la Junta de Castilla-La Mancha, una celebración de la confección tradicional con un aire contemporáneo que recordó por qué el saber hacer sigue siendo el corazón de la moda.

La tarde del primer día respiró identidad regional y carácter. La firma colectiva Moda Extremadura aportó una narrativa de raíces, mostrando cómo el lujo puede nacer del territorio. José Galvañ, bajo el sello Málaga de Moda, sorprendió con siluetas arquitectónicas y tejidos que capturaban la luz con sutileza. Félix Ramiro, fiel a su maestría sartorial, presentó una propuesta masculina impecable, demostrando que la elegancia del novio también tiene su espacio en la alta costura. El cierre del día lo firmó Rafael Urquízar, quien llenó la pasarela de dramatismo andaluz, bordados minuciosos y estructuras que evocaron la fuerza de la tradición reinventada.

El 29 de octubre, la pasarela retomó su ritmo con Lebrel, también bajo el sello Málaga de Moda, que presentó una colección de líneas limpias y espíritu libre. Teressa Ninú apostó por una feminidad contemporánea, con vestidos que dialogaban entre la sensualidad y la pureza. A media tarde, ASN Madrid ofreció una mirada más urbana, donde la novia moderna se entremezcló con códigos de prêt-à-porter, demostrando que la costura actual no teme romper moldes.
María Diezma siguió con una propuesta romántica, en la que los bordados a mano y los tejidos vaporosos construyeron un universo de delicadeza.
El penúltimo desfile, de Jordi Dalmau, fue un espectáculo de energía y teatralidad: corsés escultóricos, faldas desmontables y dramatismo escénico que ya es su sello personal. Finalmente, Formoso clausuró la edición con una colección que respiró sofisticación, dominio técnico y una lectura fresca de la novia moderna.

Paralelamente, la Sala Teniers acogió una zona expositiva abierta durante los dos días del evento, donde firmas como Franjul, Lahuar, Moda Extremadura y Tradiciones Isabela ofrecieron un recorrido sensorial por los oficios complementarios de la moda. Zapatería artesanal, encajes, tocados, tejidos... un universo que permitió entender que la costura no es solo pasarela, sino también un ecosistema de talento y tradición.

Más allá de los desfiles, esta edición destacó por su homenaje al saber hacer local. Desde Castilla-La Mancha hasta Andalucía, pasando por Extremadura y Madrid, la pasarela demostró que el lujo español encuentra su esencia en lo auténtico: en las manos que cosen, en los talleres que resisten al paso del tiempo, y en la emoción que cada prenda es capaz de despertar. La tendencia ya no se mide en tendencias, sino en valores: sostenibilidad, identidad y artesanía.

El público, compuesto por prensa especializada, novias, estilistas y profesionales del sector, vivió dos días de inspiración y belleza tangible. La sensación general fue la de una moda que no busca sorprender desde la ostentación, sino desde la verdad del detalle. Cada puntada contó una historia, cada tejido respiró propósito, cada colección dialogó con la emoción de quien entiende que vestirse es, también, un acto de memoria.

Así, Atelier Couture 2025 no fue solo una pasarela, sino una declaración de intenciones: la confirmación de que la moda nupcial española vive un momento de madurez creativa. Las novias ya no buscan simplemente un vestido, sino una experiencia estética y emocional. Y los diseñadores que desfilaron lo entendieron a la perfección: crear moda es también crear identidad.

Cuando las luces se apagaron en la Sala Goya, quedó flotando en el aire algo más que tul y seda. Quedó la certeza de que la alta costura sigue viva —y que su latido, hecho a mano, sigue siendo uno de los más bellos sonidos de la moda española.

 

Atelier Couture 2025 - 14 edición

Atelier Couture 2025 - 14 edición

Atelier Couture 2025 - 14 edición

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