La Semana de la Moda de París, en su edición Otoño-Invierno 2025-2026, ha vuelto a consolidarse como el epicentro de la creatividad y la innovación en la industria. Iniciando con la presentación de Menswear el 21 de febrero, las firmas más influyentes del panorama global han desplegado su visión, fusionando tradición, modernidad y vanguardia.
Entre las colecciones más destacadas, Louis Vuitton capturó la esencia del dandismo a través de la mirada de Pharrell y Nigo. La casa francesa exploró siluetas elegantes a medida, interrumpidas con accesorios y artículos de cuero reimaginados, redefiniendo el clasicismo con un enfoque contemporáneo. La puesta en escena en la Cour Carrée du Louvre añadió un aire de majestuosidad a la presentación.
Kenzo, por su parte, sorprendió con una colección masculina donde el movimiento y la memoria se entrelazan. Inspirada en paisajes desdibujados por la velocidad y referencias de archivo, la propuesta juega con rayas diagonales, estampados evocadores y jacquards texturizados. Su presentación en el Palacio de Chaillot de París reafirmó su esencia urbana y sofisticada.
Issey Miyake, fiel a su espíritu experimental, trajo una propuesta primaveral titulada "Up, Up and Away", una oda al viento que se materializó en tejidos ligeros, transparencias y plisados etéreos. La fluidez de sus piezas generó una sensación de movimiento constante, elevando la moda a una dimensión casi poética.
Rick Owens, conocido por su estética vanguardista, Amiri con su propuesta de lujo relajado, Sacai y su característica fusión de elementos contrastantes, y Jacquemus con su minimalismo evocador, también dejaron huella en esta edición. Berluti e Isabel Marant, con su sello distintivo, aportaron una mirada refinada y versátil a la temporada.
Hermès, siempre símbolo de elegancia atemporal, reafirmó su posición con una colección que destila artesanía impecable y sofisticación. Ami Paris, en su línea de diseños modernos con un toque clásico, demostró que la versatilidad sigue siendo un elemento clave en la moda masculina.
París se ha convertido, una vez más, en el escenario donde la creatividad sin límites cobra vida. Esta edición de la Fashion Week no solo ha sido un despliegue de maestría técnica y conceptual, sino también un recordatorio de que la moda es un reflejo en constante evolución de nuestra cultura y sociedad.