Ubicada a una hora y media de Barcelona, en el imponente paraje natural del Prepirineo catalán, La Vella Farga es mucho más que un hotel boutique: es una experiencia de lujo donde se fusionan historia, naturaleza y diseño.
Esta joya que forma parte de Relais & Châteaux ha sido diseñada por sus propietarios, Gemma Ribera y Martí Angrill, quienes desde su primera incursión en el mundo de la restauración de masías antiguas han construido un verdadero santuario para aquellos que buscan la calma y la conexión con la naturaleza en un entorno incomparable.
La historia de La Vella Farga comenzó con la restauración de una masía catalana del siglo XI, en la cual Gemma y Martí plasmaron toda su sensibilidad, equilibrando la autenticidad de la arquitectura de piedra y los suelos de madera con un estilo contemporáneo. “Es nuestro tercer proyecto de masías”, explica Gemma, propietaria junto a Martí. “Hemos creado un entorno acogedor, mezclando piezas de anticuario y muebles de diseño actual en perfecta armonía...”. Con solo 14 habitaciones, cada una con su propia personalidad y restauradas con mimo, La Vella Farga promete una estancia exclusiva y personalizada.
"La Vella Farga, es el sueño de Martí, y yo he estado a su lado apoyándole para que este sueño crezca y se haga realidad. Uno de nuestros objetivos cumplidos es el formar parte de Relais & Châteaux, pero nuestra mayor satisfacción es el feedback que recibimos de nuestros clientes, que nos expresan sus experiencias y vivencias en nuestra casa" concluye Gemma.
Bienestar y Naturaleza en Armonía
La Vella Farga se extiende en un impresionante espacio de 300 hectáreas de prados, pinos y olivos centenarios. Con vistas al valle y al bosque, el hotel invita a la calma y al descanso total. La piscina desbordante climatizada, rodeada de áreas de descanso y vastos jardines, permite disfrutar de un paisaje sin igual en un entorno que invita a relajarse y desconectar.
Martí, es la fuerza creativa detrás de cada detalle. Cristina Dan, jefa de recepción, afirma: “Martí tiene una visión que revoluciona todo. Llego cada día con ilusión, ya que, aunque La Vella Farga es un hotel de lujo, su enfoque en el bienestar y la paz nos hace sentir en medio de la nada”. La meticulosa atención de Martí a los detalles crea una atmósfera que redefine la experiencia de sus visitantes, convirtiéndola en algo inolvidable.
Un Paraíso Gastronómico
El restaurante de La Vella Farga complementa la experiencia de lujo y naturaleza con una propuesta culinaria basada en ingredientes de proximidad y de la mejor calidad. Cada plato es una muestra de la creatividad del equipo, que transforma lo simple en algo excepcional. El objetivo es llevar a los comensales a una experiencia sensorial completa que refleja la esencia del lugar y del entorno que lo rodea.
La Tranquilidad de un Refugio Único
Como parte de la exclusiva familia Relais & Châteaux, La Vella Farga tiene un objetivo claro: ser un oasis para el descanso y el bienestar, donde cada detalle está pensado para ofrecer una experiencia sin igual. Esta membresía es, como comenta Gemma, “un logro que alcanzamos y que se traduce en satisfacción, especialmente cuando el cliente se va con una sonrisa, tras haber disfrutado de cada momento y haber sido atendido por un equipo cercano y familiar”.
Clientes de todas partes del mundo se encuentran en La Vella Farga un lugar al que regresar. La jefa de recepción, Cristina, comenta: “Ya tenemos huéspedes que nos visitan por sexta o séptima vez. La clientela aquí sabe lo que busca y aprecia el valor de lo que ofrecemos, desde la belleza del entorno hasta la calidad de nuestro servicio”.
Con su exquisita combinación de tradición y modernidad, La Vella Farga se presenta como un destino incomparable, donde cada rincón cuenta una historia y cada estancia se convierte en un recuerdo inolvidable.
Cumpliendo así, con la visión de su creativo; “Es cierto que ha existido un esfuerzo en crear La Vella Farga, pero mentalmente lo tenía interiorizado. Despues de casi diez años, me doy cuenta de todo porque diversas personas me lo comentan. Yo no lo hice queriendo, todo fluyo, yo nunca pensé llegar a donde he llegado. Pero siempre he trabajado bajo mi lema: ¡Hacer las cosas bien y el tiempo lo dirá!" comenta Martí Angrill.