En la antesala del desfile de Mercedes-Benz
Fashion Week Madrid, madre e hija ultiman los detalles de una colección que
promete combinar tradición y modernidad
Isabel Sanchis (Valencia, 1956) sonríe tímida. Son las 10 de la mañana del 13 de septiembre y restan dos escasas horas para presentar su propuesta, la que corresponde al verano de 2025. Si está nerviosa no lo muestra. Tampoco parece estresada. Probablemente se sienta reconfortada al estar al lado de su mano derecha, Paula, su hija y con la que desde el año 2013 forma un tándem perfecto al frente de la dirección creativa. “Qué ella esté a mi lado y que no se vaya a perder el legado es muy importante. Además, ella es igual de fuerte que yo para continuarlo”, explica. Pero la complicidad entre ambas trasciende lo profesional. “Pensamos demasiado igual, cuando a una se le ocurre una idea, la otra ya la había pensado”, confiesa Paula.
El backstage vibra con una energía contagiosa. El ambiente está cargado de expectación y fervor, mientras el equipo de Isabel y Paula trabaja con precisión para ultimar los detalles. Las modelos, ataviadas en los elaborados diseños de la nueva colección, se preparan para salir a la pasarela, sus expresiones oscilando entre la calma y la anticipación.
“Ayer trabajamos hasta las 9 de la noche, y parte del equipo lleva en pie desde las 4 de la mañana. Los fittings siempre son un cúmulo de nervios: planchar cada prenda, cortar ese último hilo que sobresale y asegurarse de que las modelos se vean impecables y que todo lo que hemos escogido les siente a la perfección”, señala Isabel.
La colección de
este verano 2025 es una oda a la escultura, fusionando volúmenes geométricos y
detalles florales con una elegancia atemporal. Los tejidos, que imitan la
cerámica y los plisados hechos a mano, prometen un desfile que no solo
capturará miradas, sino que también reafirmará la maestría de Isabel Sanchís.
“La escultura fue la inspiración principal de la colección, dividida en dos
vertientes. Por un lado, una línea más prêt-à-porter, con lazos, drapeados, y
detalles sutiles. Por otro, una propuesta más escultural y tridimensional, con
prendas de alta costura que destacan por su volumen y plisados. Como si fuesen
jarrones de cerámica esculpidos sobre el cuerpo de una mujer”, sostiene Paula. Cada
colección que presenta es mejor que la anterior. El listón queda muy alto y
cumplir las expectativas de todos cada vez resulta más difícil.
“Las críticas me
preocupan y no duermo por los nervios. Mi marido siempre me pregunta por qué
estoy tan inquieta, y me dice que solo debería estarlo cuando vayamos a vender
y que no nos compren. Pero esto es solo un desfile”, declara Isabel. Mientras las horas avanzan, el flujo de actividad
en el backstage no cesa. La diseñadora y su hija, inmersas en conversaciones
rápidas y decisiones de último minuto, muestran sincronía mientras admiten cuál
es la prenda ‘best seller' de la colección. “Discrepamos en la elección de nuestra
prenda favorita. Yo soy más exagerada y mi madre es más tranquila. Esta
temporada me decanto por un diseño de rasa con tiras de malla metálica y micro
plisados. Es una prenda que parece muy fluida y fácil de llevar, pero en
realidad no lo es. ¿Cuál es la tuya?” enfatiza Paula. “Mis diseños son más
simples y envolventes, aquellos que puedes usar en tu día a día", responde
Isabel.
A medida que el reloj se acerca a las 12:30, el bullicio se
intensifica. Sin embargo, la diseñadora confiesa que esta inquietud no se
compara con los nervios que experimentó durante su primera presentación. “Sólo
me quedó arrancarme las uñas”, admite Isabel.
Sin embargo, hurgando más en su currículum de nervios, nos admite que
ninguno se asemeja a los que tuvo que canalizar al presentar una colección en
2020 ante los ojos de París. “Imaginate tener sentado a el Presidente de Condé
Nast Francia y la directora de Vogue Francia que han visto a todos los grandes
y ahora te vayan a ver a ti”, reconoce Paula. Definitivamente, la capital
francesa quedará en el recuerdo de la diseñadora y su hija. Y, para bien.
“Ahora nuestro objetivo es abrir una tienda en Madrid, pero el siguiente
objetivo, es volver a París”, anhela Isabel.
Este año, de Isabel Sanchis no veremos mucho más, pero la Barcelona
Bridal Fashion Week ya se asoma en el horizonte del próximo año. Una fecha ya
marcada (con fluorescente) en los calendarios de las más devotas a sus diseños.
“Contad con la invitación”, declara Isabel.
Y, ahora sí, los últimos ajustes se realizan y las últimas órdenes se
dan. Isabel y Paula, unidas por un propósito común, se preparan para salir a la
pasarela en un acto que será la culminación de meses de trabajo arduo. Sólo nos
queda desearles suerte (aunque no la necesiten) a esta madre e hija. Con el
telón de fondo de esta gran cita, se respira una mezcla de emoción y orgullo, y
la espera, aunque breve, comienza a ser palpable.
Por. Estrella Ortiz