La Makeup Artist, Brenda Coello,
es la fundadora de El Tocador de Brenda, una madrileña que radica hace más
de trece años en Barcelona.
Proviene de familias que han aportado esa vena artísticas y emprendedora, sin olvidar esa visión de
constancia y superación que la encaminaron hacia aquello
que tanto le apasiona.
Mi abuelo era catedrático de bellas artes, desarrolló su carrera de pintura
después de la post guerra y tuvo una empresa de decoración con otro
socio.
Todos hemos heredado el tema artístico; mi tía es arquitecto, mi prima es
diseñadora, yo me dedico al maquillaje, y aunque no dibuje bien, he sabido
expresar en el maquillaje mi vena artística.
Por otro lado, vengo de una familia de profesores, mis abuelos paternos tenían
una escuela y esa vena de la enseñanza me gusta, porque es otra de mis pasiones.
Brenda estudió administración y contabilidad, herramientas que le está sirviendo
en la actualidad; y aunque en un principio no todo estaba claro, diversas
situaciones influyeron y sus pasos comenzaron a transitar por otros rumbos.
La pérdida de mi madre cuando tenía cuarenta y siete años, hizo replantearme lo que estaba haciendo con mi vida, porque el estar bien no
implicaba que estuviera haciendo aquello que me llenara. Que la vida es muy corta, que el tiempo tenemos que aprovecharlo…
En Madrid, no encontraba mi sitio y quería un lugar con mar y estaba entre Valencia y Barcelona, y tenía mis amigas y conocí a un chico que
ahora es mi marido y por eso decidí por la segunda opción.
Nos comenta que solía guardar sus pagas para poder comprarse revistas de moda, Vogue,
Elle y por supuesto los cosméticos. Tenía pasión por la moda, por el mundo de
las modelos y una gran amiga suya, le aconsejo que buscara algo relacionado
con lo que tanto le gustaba.
Así comenzó el cambio, no solo de lugar, también de profesión y decidió
estudiar asesoría de imagen y maquillaje.
Nunca olvidaré que al terminar el curso tenía tres opciones, el primero era
trabajar en oficina que ya era lo conocido, otra era trabajar en una firma
cosmética y otra quedarme a trabajar en la escuela donde había estudiado
maquillaje, que era lo más arriesgado y fue lo que elegí.
Yo quería desarrollar más la profesión de maquilladora, con sesiones de
fotos, con cosas más creativas, algo diferente; no volver a la oficina o volver
a la firma cosmética que no era el momento.
Estuvo trabajando en la escuela durante dos años, pero sus perspectivas
cambiaron cuando decidió ser madre, en ese momento se replanteo
su situación de freelance y busco estabilidad por la nueva situación
que afrontaba.
Fue ahí cuando decidió formar parte de la firma Bobbi Brown y
descubrió que todas sus prioridades cobraban otro valor.
Llevé ocho años con ellos, es una firma afín a mi filosofía, y yo siempre he
admirado a Bobbi Brown como emprendedora, como mujer, como madre; ha
creado su propia firma y ha sido un referente y por todo ello la admiro. Para
mí fue un punto importante en mi carrera como maquilladora.
En mi trabajo toqué muchos productos, muchas pieles y mujeres reales; tuve un
punto de inflexión en mi carrera. Yo me veía maquillando para importantes
revistas, sin embargo, al desarrollar la profesión, me he dado cuenta de que la
moda me encanta, pero nada llena más el corazón que hacer maquillaje social,
trabajar con mis clientas particulares, en curso o novias, me resulta
gratificante, me siento más realizada y siento que es una misión de vida.
Aunque la gente pueda pensar que el maquillaje es algo superficial, el
maquillaje es algo muy potente para cuidarnos, para querernos, para mejorar
nuestra autoestima, para dedicarnos más tiempo y ahora que
la sociedad nos exige tanto a las mujeres en diversos campos, nos exige también
estar perfectas y vemos que aún falta mucho para la igualdad; porque las
exigencias para hombres y mujeres no son iguales...
Al cambiar de profesión aprendió a equilibrar la vida
profesional con la familiar. Cuando tuvo a su segunda hija, vio que era complicado el tema de conciliar si seguía trabajando para otras
personas, para otras empresas. Después de evaluar el mercado y reconocer que
ningún trabajo podría solucionar su situación laborar, decidió crear su propio
proyecto, pero reconoce que ha sido complicado y que siempre es vital contar
con apoyo.
Yo lo conseguí con mucha ayuda y es la única manera, leí en una revista que
para criar a un niño hace falta una tribu y estoy de acuerdo con esta afirmación;
en otras culturas cuando una mujer es madre, tiene el apoyo de toda la tribu
para sacar adelante a ese niño y en la sociedad occidental se ha perdido un
poco esto, porque somos más individualistas.
Pienso que la manera de continuar es teniendo una red de apoyo, en mi caso, compartí tareas con mi marido, tengo la suerte de contar con mi padre y crear una red de apoyo con mamás del colegio y amistades. Combinar horarios, con mi marido, con mi padre y con mi suegra y cuando no se ha podido, hemos tenido que echar la mano de canguro, porque también llegar a cargar las responsabilidades de los nietos a los abuelos no es justo, porque los abuelos están para disfrutarlos, porque ellos también tienen su vida…
Pienso que la manera de continuar es teniendo una red de apoyo, en mi caso, compartí tareas con mi marido, tengo la suerte de contar con mi padre y crear una red de apoyo con mamás del colegio y amistades. Combinar horarios, con mi marido, con mi padre y con mi suegra y cuando no se ha podido, hemos tenido que echar la mano de canguro, porque también llegar a cargar las responsabilidades de los nietos a los abuelos no es justo, porque los abuelos están para disfrutarlos, porque ellos también tienen su vida…
En el 2012 comenzó su proyecto, monto su blog y a través del blog contactaron
con ella sus clientas; aprendió a compaginar sus dos actividades, en la firma y
por su cuenta. Pero fue el año pasado, cuando decidió dar el paso.
Junto a mi familia que es lo más importante, después de una decisión
meditada, dí el salto, no fue algo que se decidió de un día para otro, solo
que todo encajo y me lance la piscina… Y suerte que había agua…
Entonces hoy en día, estoy contenta por cumplir con mis proyectos, porque lo veía
tan lejano y he logrado hacer mi sueño realidad.
A veces me preguntan ¿cómo lo hago? Y la verdad, es que una formula especial no
tengo, lo único que yo se, es trabajar duro, no poner excusas y luchar por
hacer que las cosas se hagan.
La vida la ha rodeado de diversas personas que han aportado muchísimo, tanto en
su vida personal como en la laboral; muchas son mujeres que se han convertido en
referentes para ella.
La idea de abandonar algo establecido por algo apasionante, le ha ayudado a
crecer en todos los sentidos; ha sido un motor fundamental en su vida y tiene
claro que eso es vital promover.
Ana Aparichi, Ana Albiol, compañeras que he visto que han
conseguido sus sueños y me han animado a ser mejor; como Natalia Carballo en
Canarias; Lorena Guzmán en Valencia; en Murcia, Ester Carpes; hay un montón de
mujeres maquilladoras ahora mismo montando sus estudios, cumpliendo
sus sueños y eso abre el camino a otras y te anima a ser mejor y entre nosotras
nos ayudamos mucho y todas mis compañeras me han ayudado a hacerlo…
Y es un pesar que en España no se trabaje la idea de salir de la zona de
confort; se nos educa para no arriesgar, para estar en lo seguro y para
conformarnos… ¡Esto es un error!
Yo de hecho estoy intentando educar a mis hijos de otra manera, es difícil
porque la corriente general es otra, y cuando tú quieres hacer algo que no
es lo que está marcado; de repente te has vuelto loco y a la gente le
cuesta procesar un poco…
Brenda se especializó en maquillaje social, prefiere el maquillaje de
embellecer no el de transformar, ella busca mejorar las cualidades de las
mujeres. Es partidaria de utilizar el maquillaje como una herramienta para
potenciar la belleza de cada una de nosotras.
Ya estamos guapas sin maquillaje, porque no hay nada más bonito que
una mujer feliz y segura de si misma, pero pienso que el maquillaje nos ayudará a
disimular aquello que no nos gusta tanto y podrá resaltar las cosas que si
nos gustan.
Por ello trabajo la piel, los diferentes puntos del rostro para vernos más guapas
y sobre todo me gusta hacerlo fácil para las clientas, para que puedan ver que
el maquillarse puede ser fácil y divertido y que no es necesario ser un
profesional.
Todas las experiencias que ha vivido la han enriquecido, el trabajar en firma
le ha permitido superarse constantemente por todas las clientas que ha atendido.
Otro de los aspectos que la han motivado es el realizar el maquillaje para las
novias, porque implica un cambio muy importante, por el valor emocional que
genera.
Para una novia, es el día más importante de su vida y que lo quiera compartir
contigo es algo muy especial y aunque tengas muchas novias, tienes que
tratarlas a todas como si fuesen únicas, para mí el trabajar con novias ha
supuesto un reto, siempre aprendo algo y no me quedaría con una sola
experiencia.
Siente pesar porque en España, el maquillaje no este reconocido como una
profesión, como suele suceder en otros países, como en Estados Unidos, en Londres; donde es un estudio superior.
Brenda cada año destina parte de su tiempo y de su presupuesto para formarse; porque para ella de forma profesional y personal es un eje importante.
Brenda cada año destina parte de su tiempo y de su presupuesto para formarse; porque para ella de forma profesional y personal es un eje importante.
Si esto fuera una carrera, tendríamos un montón de asignaturas como
administración, publicidad, marketing y redes sociales, cosmetología,
fotografía y psicología, atención al cliente y gestión de negocios, no podemos
olvidar los idiomas; es una formación completa que, al no tenerlo arreglado, lo
vamos haciendo por nuestra cuenta y por eso es importante formarse.
Hace poco he asistido a la máster class de cosmética, junto con
compañeras del sector que te nombraba; me ha quitado mitos sobre la piel y me
ha parecido una formación necesaria y es algo importante en mi carrera.
Cada día aprendo cosas, yo soy una esponja; porque esto me mantiene activa, me mantiene en
constante aprendizaje y esto hace que quiera ser mejor.
¡En el momento que uno crea que ya lo sabe todo y que no pueda avanzar más, es
el principio del fin! ¡Siento que me queda mucho por aprender y me encanta!
Su mayor fuente de desconexión son los suyos y tiene muy
claro que el tiempo que pasa con ellos es un regalo que tiene que disfrutar al
máximo, además de que ahora al trabajar para ella misma, hace que tenga que
planificar con mayor precisión sus actividades, la organización es vital, pero
también disfrutar del ocio.
A veces cuesta, porque al trabajar para ti misma pierdes la dimensión del
tiempo, pero todo es cuestión de organizarse.
A mí me gusta leer, me encantan las novelas; las novelas fantásticas,
los libros de crecimiento personal, me gustan las series, disfruto pasear por
la playa y la montaña, las pequeñas cosas como un té calientito o un
ratito de silencio me llenan, es algo que valoro.
Me encantan los sitios altos a pesar de mi miedo a las alturas...
Brenda ha descubierto con el tiempo que el mejor aliado o el peor enemigo
es uno mismo, que el poder de todo cuanto anhelamos, radica en nosotros.
Siempre intento mejorar, vivía en una constante guerra conmigo misma por
cambiar y por ser diferente y adaptarme tal vez a lo que esperaban
los demás de mí; pero comencé a aceptarme tal y como era; creo que si
alguien vive en constante guerra consigo mismo nada puede salir bien, entonces
creo gran parte del crecimiento personal, viene en aceptarnos como somos,
abrazar nuestras virtudes y defectos; entender que eso nos hace la persona
única que somos.
Hay cosas que no me gustan de mí, pero intento mejorarlas y compensarlas con lo que si me gustan, para así conseguir cierto equilibrio.
Hay cosas que no me gustan de mí, pero intento mejorarlas y compensarlas con lo que si me gustan, para así conseguir cierto equilibrio.
Yo busco siempre la belleza y veo belleza en casi todo. Siempre me gusta ver la
parte buena en las personas y confío en lo mejor de ellas.
Su forma tan positiva y realista de ver las cosas, la convierten en un
referente muy valioso, es una mujer motivadora, una profesional que promueve el
cambio a través de sus experiencias de vida; es consciente de todo lo que
implicaba cada paso que dio para conseguir su sueño y comparte unos consejos
para todos los luchadores, para todos los que estamos detrás de lo que nos
apasiona.
¡Las decisiones más arriesgadas que he tomado en mi vida, son las decisiones
que más feliz me han hecho!
La primera fue dejarlo todo para cambiar de profesión y venirme a vivir a
Barcelona y la segunda es que con treinta y nueve años, decidí dejar mi trabajo
seguro y montar mi estudio e ir por mi cuenta.
Las dos fueron difíciles de tomar, porque suponía salir de mi zona de confort,
cambiar lo seguro por lo incierto, empezar de cero sin saber cual iba a ser el
resultado; sin embargo, te puedo asegurar que, a día de hoy, esas dos
decisiones me han convertido en la mujer que soy y estoy súper orgullosa de
todo el trabajo que he hecho y creo que lo volvería a hacer mil veces más.
Por ello hay que luchar por los sueños y no debemos sacrificar los sueños en
hará del confort, que muchas veces pensamos que ir a lo seguro es la mejor
solución porque así nos lo han enseñado y no siempre es así.
Si tú eres feliz en lo seguro; perfecto, pero si notas que algo falla, es que
debes luchar por otra cosa y yo pienso que con esfuerzo, ganas e ilusión se
sale adelante.
Creo que el mejor consejo que puedo dar es que, si hay alguien que sé está planteando
cambiar, emprender y dejarlo todo para luchar por su sueño, y no sabe como
hacerlo, yo creo que la mejor manera es trazar un plan, poner un objetivo a
largo plazo, un objetivo a medio plazo, y ver que pasos hay que dar
para conseguirlo y de esa manera lo haces mucho más real, mucho más posible.
Ella con la metáfora de Dorothy y el camino de las baldosas
amarillas, nos da a conocer todo el trayecto que tuvo que transitar
hasta lograr llegar a donde realmente quiere estar.
Yo comencé a andar el camino y no sabia a donde iba, y ahora miro hacia atrás y
miro el camino brillante y todas las decisiones que he tomado durante estos
diez años, me han traído a donde estoy de una manera inconsciente… ¡Porque algo
que quieres hacer, te ilusiona y te da miedo!, es algo que también leí.
El miedo tiene una parte positiva, nos hace ser mejores, nos hace protegernos,
mientras el miedo no nos bloquee está bien tenerlo, hay que arriesgarse
siempre, arriesgarse con cierta medida. No ir a lo loco.
Brenda recuerda que de pequeña escribía historias y cuentos, en otro
tiempo escribió artículos para otros blogs, y que un amigo la animo a crear su
blog y fue así como nació “El Tocador de Brenda”
El nacimiento de este proyecto ha creado momentos inolvidables, experiencias
que le han permitido un crecimiento en diversos aspectos de su vida y en pocas
palabras ella nos transmite lo que representan.
Mi idea inicial era de moda, pero una de mis mentoras me hizo ver que lo mío
era el maquillaje y que era mejor juntar mi pasión por el maquillaje y mi
pasión por escribir.
Además, yo sentía que tenía algo que compartir.
El nombre surgió por mi tocador, por mis cosas, porque ahí solía maquillar y
siento que el Tocador de Brenda es algo bonito y le tengo mucho
cariño a mi proyecto.
En pocas palabras Brenda Coello, es una apasionada de la belleza, es
mujer, madre: es una emprendedora y no olvidemos maquilladora. Y El
Tocador de Brenda es el proyecto personal para llevar el maquillaje y
la belleza a todas las mujeres de todas partes que quieran sentirse mejor,
verse guapas y que vean que es fácil y divertido.
Fotografías cedidas por El Tocador de Brenda
Entrevista realizada por Karina Casquero Ch.