Redacción. Anie Rodriguez
La alta costura toma las calles, sí, sí has leído bien, por que por primera vez en años, por fin vemos una alta costura que perfectamente puedes ver en cualquier street style.
La alta costura es y serán siempre piezas únicas pero no necesariamente han de ser piezas para ciertas ocasiones, por que como bien dice Carrie Bradshaw en “and just like that” hay cosas que es mejor no guardar en un armario, por que la moda es Magia y si te apetece ponértelas para ir por casa, para la oficina o de fiesta hazlo... se acabaron los standards.
No puede haber una Paris Fashion Week sin Elie Saab, sin Chanel y sin Schiaparelli, sin desmerecer los maxy hombros de Viktor & Rolf los cuales llegan hasta las nubes verticales, Valentino y sus líneas redondeadas con aire noventero que entremezcla lo parisino con el chic made in Italia y Zuhair Murad, con sus vestidos blazer con cortes sugerentes y llenos de cadenas, ¡increíbles!
Pero vamos a centrarnos en los que nos han impactado, por que si no, nos faltan letras.
Elie Saab con sus vestidos jardín, y es que no se me ocurre mejor manera de describir esos vestidos mágicos dignos de una ninfa o de un hada, llenos de color brillo y pétalos de flores que desembocan en vestidos acampanados hasta los pies, gasas, transparencias y satenes en tonos fucsia, rojos y pasteles. Volúmenes y texturas, que juegan con la naturaleza, desde las flores a las formas del agua, las nubes o el cielo, todo un espectáculo lleno de belleza.
Continuemos con Schiaparelli, arte y moda y esta vez cargada de referencias a sus orígenes.
Schiaparelli juega con la geometría de las siluetas y los complementos como pamelas XXL con vestidos rectos, u hombros súper anchos que se estrechan en la cintura, grandes capas rígidas y faldas largas.
En la colección vemos algunos homenajes a otro diseñadores como Jean Paul Gaultier y sus cónicos pechos, referencias al cine de Fritz Lang, como corsés metalizados inspirados en el robot María de Metrópolis, dibujos astrales y simbólicos, no se sale de su gama de colores negro, blanco y dorado, sobretodo en la zona complementos en donde el metal dorado es el protagonista, los botones y decoración que enmarcan la figura, realzan formas o simplemente juegan con la estructura y el movimiento para hacer del diseño algo divertido, sin duda una de las mejores colecciones y probablemente la favorita.
Christian Dior, llena la pasarela de elegancia vistiendo a una mujer sencilla pero nada aburrida.
Los tejidos fluidos como el satén que son fluidos y ligeros para la primavera y que van bien con todo tipo de prendas pero sobre todo de ocasiones. Partes de arriba con algo de hombro y forma geométrica pero sin duda lo más característico de Dior es su regreso a su época dorada en donde sus trajes se caracterizaban por una cintura muy marcada.
Con cierto aire a los años dorados de la Maison, vemos abrigos de verano en mangas tres cuartos, faldas de vuelo midi, capas que se mueven entre líneas más actuales, como vestidos rectos y caídos que enmarcan la figura femenina con el movimiento, transparencias en piedras con bodys enteros debajo, floreadas, torsos encorsetados en una especie de simulador a un corsé de pedrería, que es Magia, algún tul en ruffle y mi pieza favorita esas medias-leggings de pedrería que encabezan mi lista deseos sin duda.
Y como colofón Chanel, por que Chanel es París como París es a Chanel, casi como un sinónimo de la ciudad la colección de Chanel es la descripción gráfica del glamour parisino.
Empezando por los trajes icónicos de la casa con sus levitas inconfundibles y sus chaquetas, pantalones rectos que entremezclan lo femenino con lo masculino, comodidad y sencillez en tonos tierra en los que se cuela algún azul marino, como si la mismísima Gabrielle hubiese resucitado y se hubiera puesto a diseñar. La colección evoluciona en trajes chaqueta con faldas rectas que siguen siendo mini pero ya pierden ese estilo micro y cobran un poco de largo llegando a encima de la rodilla, que se mezclan con tejidos como el pelo sintético en las mangas, faldas largas de punto que simula el pelo, transparencias con flores, cuadros rayas, y pata de gallo sin perder la elegancia clásica del neutro de Chanel, que es el beige por excelencia.
Pasamos a vestidos y faldas mucho más femeninos y ligeros en gasas, satenes, tules y organzas en donde puedes jugar con los volúmenes en la parte inferior o superior, faldas de ondas, plumas y brillos, piezas de coleccionista que son un regalo para la retina.
Esta semana de la alta costura ha dejado un muy buen sabor de boca... Hemos visto street style, pasarelas y “front rows” al más estilo parisino que todos conocemos y del que ya teníamos tantas ganas, estamos deseando ver qué nos espera en las siguientes.