Redacción. Anie Rodriguez
Los desfiles de Gucci nunca dejan
indiferente y es que Alessandro es único en creatividad y en eso de transformar la moda en arte, porque es arte queridos míos y el arte no debe ser bello, debe
generar una reacción.
Tras la película protagonizada
por Lady Gaga, House of Gucci, la marca se ha volcado en sus orígenes y ha
vuelto a esas reminiscencias ochenteras en donde todo lo futurista estaba de
moda y películas como Blade Runner se ven muy reflejadas, pero también vemos
toques de la moda más americana, a lo Thelma y Louise, demostrando una vez más
que Gucci es el rey del MET, pero tiene que ser cuando él quiera, ¿no nos pasa
eso un poco a todos?
Si eres una fiel seguidora de
Gucci como yo, sabrás que Alessandro Michele es fan de lo “raro” y no lo digo
como algo malo, está encantado con embellecer y ensalzar lo diferente, y la
integración es siempre imprescindible, eso y su gran capacidad para hacer
mezclas imposibles pero que el resultado final es impecable, tiene ese no sé qué,
único, retro, glamuroso y lleno de brillo.
Pero vamos a hablar de la
colección porque no tiene ningún desperdicio, desde los trench’s o vestidos
camiseros abiertos de cuadros british con leggins ciclistas y tops ceñidos con
toques deportivos y Neón, plumas, muchas plumas de marabú con seda y satén, que
evocan a Casablanca en una noche de verano, sandalias con calcetines o medias
brocadas, seña de la casa, muchísima marca en prints, que ya que lo pagas que
se note qué es un Gucci.
Pajaritas anchas, muy al estilo
de finales de los 70, trajes masculinos para chica en satén rosa empolvado,
tops de vinilo y corsés con faldas lenceras, para que explotes tu lado más
sensual y te sientas toda una princesa.
Contrastes, femenino con
masculino, deportivo con elegante en donde se nota la influencia de la pasada
colección Aria, lazos en el cuello y botas cowboy.
Los arneses han cedido el Paso a
abrigos de pelo y faldas de tul, bolsos de corte clásico en cuero con tiras
anchas en linera y grandes gafas en donde compartimos el estilo cuadrado y
vintage con el efecto pantalla, aunque se mantienen las amarillas y aunque hay
alguna que otra boina, el sombrero, sobre todo el cowboy toma las calles.
Cuadros, flores, estampados,
vichy, satenes, plumas y tonos intensos y ácidos, neones que contrastan con
tartanes, plumetti, bajos de pelo, cromados….
Con Gucci todo vale, todo de
mezcla y todo se lleva eso sí, con una coordinación única, que me hace ser su
mayor fan, porque hay algo más divertido que ponerte y jugar con todo lo que te
apetezca.
Realmente se disfrutó con todos los performances de Aria, pero los desfiles de Gucci son una gran performance en sí, y yo me alegro de que haya vuelto a las pasarelas.
Redacción. Anie Rodriguez