Redacción. Anie Rodríguez.
Cerramos las semanas de la moda con Paris Fashion Week y
he de reconocer que es una de las fashion weeks favoritas, junto a New York.
No solo por desfiles de firmas tan importantes como
Chanel o Balenciaga, es también por ese estilo maravilloso que tienen a la hora
de combinar las prendas, en ese “je ne se quoi” que podríamos considerar arte,
y si bien New York tiene el MET, en el Louvre debería haber un ala dedicada al octavo
arte, la moda.
Que entrevé lo urbano con la alta costura, porque si tienes un vestidazo precioso, porque no darle la vuelta para que se vea perfecto en un street style sin verte disfrazado, ya te digo yo, que eso es arte, y como en el arte con la moda nos expresamos.
Este año en París el protagonista, además del estilo sastre que ha predominado en casi todas las pasarelas ha sido el tweed con sus líneas que mezclan la elegancia de los años 50, el estilo más rebelde y chic de los 60 y la sensualidad y el atrevimiento de los 90, en sí creo que es la esencia de este París Fashion Week, la rebeldía y el ser un poco traviesos.
Empecemos por Hermes, que si bien precisamente no es de los que ha usado el tweed, si ha llevado su colección a una línea más moderna, sin perder su insignia que es el estilo ecuestre, ha dado con una manera de combinar líneas rectas de sastre con cierto toque informal, en sus características líneas rectas, solo ha usado colores lisos en tonos tierra, pero ya bien seas más clásica o no, cualquiera de sus piezas se puede adaptar a todo estilo, y eso se merece un puesto en mis favoritos, ¡adaptarse es importante!
Valentino, ha presentado una colección de chico y chica, donde todo tipo de estampados tienen cabida y la ropa tiene un corte muy asexual, porque la ropa no tiene género. Sus prendas son ligeras y fluidas, predomina el satén, con tops lenceros, vestidos del mismo corte, shorts y trajes pijama, con capas finas y con mucho movimiento que a veces parece que el estampado cobra vida y es muy mágico, flores, animal print, colores flúor y neón con tonos tierra, en donde dejar jugar tu imaginación, y la verdad con el buen tiempo, el tejido y estilo lencero, es un básico que no nos puede faltar, así que le damos el check positivo.
Balenciaga, tiene mucha influencia de la pasada
colaboración con Gucci, así que le veo cierto aire a Michelle, y fascina como
lo ha fusionado y transformado al estilo Balenciaga.
Para empezar, desfilaron los Simpson, ¡sí, sí! como
iconos de la cultura pop que son, y todos adoramos a esa familia amarilla,
desfilaron en un vídeo con los trajes más icónicos de la casa, lo que me gusto
ver los cameos de Kim y Kaine.
En cuanto a la colección “real” no ha sido una pasarela
al uso, un showroom con un cubículo de fondo rojo en donde vemos todos los
diseños con sus señas base, como las americanas extra oversized, y el estilo
sastre mezclado con el sport y ese punto oriental origami, que es increíble
como en el vestido de presentación; un gown o vestido de fiesta con volumen y
capas, todo fruncido en blonda y que parece un enorme pompón, súper original o
el plateado que parece hecho con la tela cromada sacada del futuro, hombros muy
marcados largo y asimétrico, ¡son increíbles!
Predomina el negro, pero también vemos algún azul, rosa y toque de flúor que destacan sobre el negro, posee volumen y asimetría muy urbana y diferente, es súper original, aunque personalmente lo de tapar la cara con esas capuchas, es lo único que no gusta. Pero podrías ver cualquiera de sus diseños por la calle, tanto en tu trabajo como en una fiesta, ¡siempre sorprende!
Lanvin en donde el cuero y el satén va de la mano en
tonos lilas y verdes aguas, realzando el pecho con aros superpuestos que
simulan cinturones o corsés, dando efecto drapeado de diosa griega.
El concepto de vestir a chicos y chicas con todo tipo de ropa, le da puntos, porque la ropa, y me repito, ¡no tiene género! Esas faldas de efecto pompón con flecos y brillos, junto con bombers todo lleno de volumen, da mucha vida y juego a las prendas, el volumen bien usado nos da visibilidad, no tamaño.
El estilo sastre se mezcla con algo más deportivo y urbano, porque no son incompatibles, y bravo también por la integración de tallas en su desfile.
Givenchy también juega a los pliegues y el origami en su colección que me parece tan original. La forma en la que usa el tejido tipo neopreno y le da forma al pecho y cintura jugando al efecto corsé sin serlo es exquisita, la mezcla de texturas, tejidos como el tartán con la seda, volantes y líneas más rectas en donde volvemos a ver el efecto traje con toques muy femeninos, colores y estampados e incluso prints que, sobre seda, es fantasía.
Cuellos halter fluidos, que mezclan los años 90 con los 70, como nos gusta una mezcla aquí, y aunque estoy a favor del negro, que es la insignia de Givenchy, los toques de color le dan un punch muy chulo a la colección.
Schiaparelli, es la definición de arte y moda, ya que os
lo comentaba arriba, la expresión máxima artística al vestir.
¿Te encanta o no? yo la adoro, me parecen increíbles esos
complementos con formas del cuerpo literal, ese dorado viejo en las “extensiones”
de uñas a modo de guante, los cinturones de cadena, el vinilo, esas rosas
haciendo la forma del pecho en tops largo con gasa, rayas, y trajes “pierrot”,
que se juntan con caras superpuestas, narices o bocas y hasta sombreros y paraguas.
Bañadores, trajes de tweed, vestidos camiseros, flores con rayas, dos piezas y conos en el pecho a lo Madonna, muy Jean Paul Gaultier, la colección te transporta a la Toscana, al mar y al verano.
Comme des Garçons es de lo más original sin duda. Sus
vestidos van todos en una misma línea; el globo, en mangas, vestidos y faldas,
pero muy exagerado.
Estampados divertidos, flores rayas y pelucas de cartón,
piedra de colores, volverás a sentirte una niña jugando a las muñecas.
Chanel, la reina del tweed. Chanel tiene una línea
muy definida que todos conocemos, es fácil ver un vestido, una chaqueta o un dos
piezas y definirlo como “un estilo Chanel” y ha habido mucho estilo Chanel en
su colección, pero nada aburrido, es más que un símbolo es una seña de
identidad.
Me gusta mucho como la Maison ha sabido redirigir y reinventarse volviendo a sus orígenes, como si coco Chanel siguiera en cierto modo diseñando aún. Perlas, rayas, cuadros y rosa, se mezclan con estilos más informales y “chandaleros”, con gasas estampadas, vinilos e incluso patchwork.
Colores pastel, negro y dorado, grises y estampados, bañadores y pantalones ciclistas, esta vez Chanel ha ido literalmente con todo a la pasarela, es imposible que algo no te guste, porque será por variedad, nunca deja de sorprenderme, y si bien llevaba algunas temporadas bastante alejadas de Chanel, estas tres últimas me estoy reconciliando.
Y por último quiero dedicarle unas líneas a Louis Vuitton, quien se ha pasado al lado folk y gipsy y me tiene robadito el corazón modil que llevo dentro. Las superposiciones con ese toque como Victoriano del circo y el espectáculo, las bermudas extra anchas, con tejidos muy fluidos y llenos de movimientos que bailan al moverse, cuellos fruncidos, vestidos en negro con blonda transparente y también, vemos de nuevo las asimetrías, con lo que van a volver a pisar fuerte este verano, cortes tipo Chanel, tweed nuestro protagonista y cuero, sumado a esos corpiños de pedrería súper puestos y esas faldas de efecto crinolina geométrica, son realmente fantasía.
Y este ha sido el magín o viaje que nos ha llevado al París
de la moda, del amor y del arte que todos conocíamos y echábamos de menos, solo
podemos decir una cosa: ¡Por favor, no te vayas más!