PARIS FASHION WEEK; ¡Una edición más, se despide por todo lo alto!

Ya sabes lo que se dice, “lo mejor se deja para el final” y con París, nunca fallas. Como cierre del círculo, pues las semanas de la moda dan pistoletazo de salida con Paris Haute Couture, llegamos al final de esta temporada fall-winter 2, en la capital francesa. Tenía muchas expectativas con NY que fue bastante floja, inclusive algunos de sus grandes diseñadores lo hicieron desde allí, pero entrado ya marzo; semanas después, Londres fue mejor y la cosa iba in crescendo con Milán hasta llegar a la guinda, y aquí estamos en la cresta de la ola con una de las ediciones de París Fashion Week más bonitas que recuerdo en bastante tiempo, hablando de moda, porque igual que sus hermanas, todo han sido digital y sin público.

Como cada año y siendo la última en desfilar, dura algo más de una semana y ahí que nos vamos, así que coge tu pasaporte y tu boina roja, porque despegamos.

Hemos visto a Lanvin y Valli, en donde sus colecciones lady con sport, mezclan la tendencia de la temporada, el sastre con toque casual para el día a día y toques lady, en donde la minifalda vuelve a ser la reina de las faldas y el corte babydoll de los sesenta, se presenta de nuevo con lazos extra grandes al cuello y estilo college. Nina Ricci, con un estilo setentero en donde los trajes tienen grandes solapas, sombreros casco y vestidos globo con toques de full en colores verdes, azul eléctrico y naranja, o Loewe, con piezas asimétricas en tejidos acolchados, y formas geométricas muy al estilo espacial de los sesenta, ambos con toques muy retro pero un detalle que vamos a ver tanto como el sastre en el próximo otoño, mucho color.

Oscar de la Renta nos llena el cuerpo de flores, y Courregès en su línea retro de colores más sobrios. Chloé en su estilo boho-chic con aire sofisticado y colores tierra, con plumas a todo color, nos hacen salir un poco de los 80s y 90s. Altuzarra lleno de volúmenes y siluetas esféricas, Elie Saab y su maravilloso mundo de trajes de fiesta que toman la calle en tules y transparencia junto con Givenchy en donde el traje empoderado toma el control y Hermés que vuelve a sus inicios con prendas en donde predomina el toque ecuestre.

Pero las estrellas de París, al menos para mí, son Dior, Schiaparelli y Chanel; si estas dos últimas se enteran de que las pongo juntas, se arma una buena, porque todos sabemos de la rivalidad que se tenían y no precisamente sana, menos mal que hoy en día eso son solo perlas del pasado.

Dior me sorprendió muchísimo con una colección en donde el pasado y el futuro van de la mano. Tejidos satinados, cuero, lana y organza son los grandes protagonistas de esta colección. Camisas de corte lady con toque masculino, pichis y petos de cuero, vestidos de guipur, abrigos sastre de jaspe que ensalzan la forma femenina con aire masculino, botas sobre la rodilla y sandalias lazadas con calcetines. Vestidos rojos y floreados en donde las cinturas super marcada es la protagonista, que además es el sello de la casa, retornando a sus orígenes en una colección que parece sacada de la mano del mismo Christian Dior, pero con toques muy actuales.

Schiaparelli, no me cansare de decirlo, no crea moda, ¡crea arte! Como buena defensora de ello que era, Roseberry comparte su filosofía y tras unos años en donde pasaba más desapercibida, ha logrado volver a elevar a la Maison hasta el punto de coronarse entre las grandes. Con aires más de los 80s, denim, perlas, tweed, cuadros y cuero reinan en una colección en donde se resalta el femenino.

Vestidos ceñidos con volúmenes en la cola, siluetas en forma de globo en los hombros y espalda, top con peplum en donde se realzan en dorado la forma literal del pecho, gafas con ojos enjoyados, grandes elementos dorados y plataformas exuberantes en donde el blanco, negro, ivory y camel toman el protagonismo con algún toque fucsia en satén. Escotes llenos de perlas, fajines y grandes pendientes, una colección digna de ver.

Y llegamos a Chanel, en donde la noche de los 70s y el winningmood son los reyes. Micro monos, grande hombros marcados, trajes con corsés, faldas en donde se mezclan los estampados, botas con pelo y volantes, punto con rayas, pantalón es rectos y toreras, abrigos bordeados de pelo en largo y corto, chalecos y por supuesto el 2.55 en todas sus versiones, en donde predomina el blanco y negro, azules y fucsias, marrones y mezcla de prints, sobre todo cuadros y algún que otro cromado, flecos pelos y plumas pero no rastro de cadenas o perlas, esta vez dejaron los 80s un poco aparcados.

Nuestro viaje por las semanas de la moda llega a su fin, ha sido un viaje bonito y lleno de inspiración, en donde ha ido de menos a más y me ha sorprendido quien menos lo esperaba.

Una despedida por todo lo alto, y es que ya sabía yo, que París no nos fallaría, pero bueno, mientras seguimos soñando con la moda y veo que se cuece esta primavera, solo me queda desear una cosa, que las próximas fashion week, ¡al fin sean como siempre!

Redacción. Anie Rodríguez.

Fotografías. Vogue Runway

Fotografía portada. Daniel Roseberry