Lo cierto y es que, siendo francos, al menos yo, después de toda la euforia, bombo y platillo que muchos editores y marcas le dieron, y teniendo en cuenta que iba a ser un nuevo formato innovador en el que, la pasarela pasaba a ser evento y showroom, debido a las limitaciones de aforo por la pandemia, a mí me ha resultado francamente decepcionante.
Ha habido algunas pasarelas bonitas y eventos que merecían la pena, pero en su totalidad todo era demasiado repetitivo, un Déjà vu en donde las tendencias ya las habíamos visto el año anterior, los eventos parecían showrooms de venta privada con acceso a unos pocos, y en general, todo un ambiente en donde sabemos que la venta es importante, pero no ha sido nada disimulado. Esto ha dado paso, brillo y luz a los nuevos talentos y casas más modestas que han brillado con luz propia por su originalidad e innovación.
Libertine, con su colección en líneas divertidas, y estampados en paper, su mezcla de prints y gabardinas estampadas, dan un nuevo giro a la ropa funcional y a ese estilo de la gran manzana, porque lo funcional no tiene que ser aburrido.
Tanya Taylor, con pantalones extra palazzo, jerseys divertidos, pantalones de cuero, ropa de colores y accesorios divertidos como bolsos globo o sandalias con calcetín.
Veronica Beard y su estilo de diario en el que todas encontraremos piezas que nos identifiquen, como Minos vaqueros y blazers, vestidos, chalecos de punto y botas altas, que nos transportan al New York de finales de los setenta en donde todo empezaba a fluir e innovar.
Collina Strada en donde la inclusión está garantizada en su colección, donde el print y el sello de “haz de lo que te hace diferente tu orgullo” están asegurados. Merece muchísimo la pena, su mezcla de estampados y línea completamente diferentes a ninguna colección, en vestidos con volúmenes, layering y mezcla de tejidos.
Batsheva tiene un aire romántico y retro, con una mezcla muy de los sesenta y segmentas, con cuellos Perkins, volantes, sedas y lames, que se mezclan con el velvet y el vinilo, generando un contraste muy chulo, en vestidos midi de manga globo, pantalones palazzo y crop knits, en un ambiente en donde lo cotidiano puede tener mucha clase.
Para terminar, diré que no todos los grandes me dejaron
mal sabor de boca.
Anna Sui con Sus estampados de vaca, las rayas y lurex de colores en pantalones de campana y abrigos en donde el color y el buen rollo predominan en una colección ecléctica, en donde pasamos del vestido parkings romántico de terciopelo a las superposiciones que mezclan líneas de los setenta y los noventa.
Bueno, si yo esperaba más de Nueva York, pero no hay mal que por bien no venga, he descubierto un montón de casas emergentes y estoy segura de que llegarán muy lejos, mientras tanto esperaremos a las siguientes semanas de la moda, en Londres, Milán y Paris, a ver con que nos sorprenden.