La galería Jorge Alcolea, en su emblemática Sala Nonell, acoge la última exposición del artista Aldo Comas: Jungle & Chaos, un proyecto que se erige como una poderosa declaración artística y emocional. Esta muestra no solo representa una evolución en su trayectoria plástica, sino también una profunda inmersión en los dilemas existenciales que atraviesan la experiencia humana contemporánea.
Aldo Comas —pintor, escultor y artista visual— se ha consolidado como una figura singular dentro del panorama artístico actual, gracias a una obra que entrelaza con gran lucidez la exploración introspectiva con el análisis del entorno natural. En Jungle & Chaos, esta simbiosis alcanza un nuevo nivel de madurez estética y conceptual. La exposición plantea una confrontación directa con el caos interno y externo, revelando cómo ambos se entrelazan en un diálogo inevitable.
Lo que Comas nos ofrece no es simplemente un conjunto de piezas, sino un ensayo visual sobre la dualidad inherente al ser humano. A través de su trabajo, el artista transita por territorios como el trauma, la contradicción y la transformación personal. Esta búsqueda no es meramente intelectual; está profundamente anclada en una vivencia real: su traslado a Ampurdán, un enclave natural donde la belleza salvaje se convierte en catalizador de su obra. Allí, rodeado de bosques, montañas y silencio, Comas ha encontrado el lenguaje visual con el que hoy articula sus inquietudes más íntimas.
Jungle & Chaos es tanto una exploración de la naturaleza exterior como un retrato del paisaje emocional del artista. La jungla se presenta no como un escenario idílico, sino como una metáfora de la psique: un lugar donde reina la ambigüedad, donde lo bello coexiste con lo feroz, y donde la supervivencia exige enfrentarse a los propios demonios. Esta visión convierte la exposición en un ejercicio catártico: un intento de domesticar el caos sin renunciar a su potencia creativa.
Desde el punto de vista técnico, la propuesta de Comas es notablemente rica y variada. El artista recurre a una multiplicidad de materiales —óleo, acrílico, spray, esmalte, collage, ceras, crayones, tizas infantiles— aplicados sobre lienzo o madera, lo cual genera una superficie vibrante, casi selvática, donde cada capa funciona como un estrato emocional. Esta diversidad no es fortuita; responde a una lógica interna que convierte el proceso pictórico en una metáfora del caos transformado en forma.
El uso de la tiza, por ejemplo, remite a la espontaneidad de la infancia; el collage, a la fragmentación y la recomposición de la memoria. Todo en Jungle & Chaos está pensado como una coreografía entre lo instintivo y lo racional, entre la pulsión y el control. Así, Comas no busca eliminar el desorden, sino evidenciar su estructura interna, su ritmo, su lenguaje.
Este proyecto nos obliga a replantear nuestras ideas sobre la armonía, la belleza y la coherencia. En lugar de aspirar a un orden rígido, Comas propone una visión del mundo en la que el caos es semilla de crecimiento, y la contradicción, fuente de verdad. Como especialista en arte contemporáneo, puedo afirmar que Jungle & Chaos no solo es una exposición relevante por su factura técnica o su riqueza simbólica, sino por la honestidad con la que interpela al espectador.
Aldo Comas ha logrado algo que pocos artistas consiguen: construir un espacio donde la vulnerabilidad se convierte en fuerza, y donde la naturaleza deja de ser un decorado para convertirse en reflejo. Jungle & Chaos es, en definitiva, un mapa de lo indomable: de ese territorio interior donde aún se libra la batalla por comprender quiénes somos en medio de la selva de lo humano.