Chiara Ferragni ha ido más allá de la barrera y ha hablado alto y claro en San Remo. Aunque no precisamente ella, que también, pero más lo han hecho sus vestidos. Desde hace mucho y solo para los más entendidos en materia moda, las prendas dejaron de ser un lienzo para el artista para también convertirse en portavoces de mensajes positivos y reivindicadores de la sociedad.
La celebridad y co presentadora del festival musical, confió en Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior, para la confección de sus cuatro atuendos. De manera anecdótica, se filtró que, a partir de una conversación entre la maison italiana y la francesa se llegó a la idea de usar los vestidos como portavoces de mensajes feministas.
Uno de los más polémicos, al más puro estilo de Pedroche y bautizado como “el vestido sin vergüenza” dejaba ver su cuerpo casi al desnudo en un intento de emular a Eva, “la primera mujer en la historia inducida a pasar vergüenza”, según ha explicado.
Con este vestido, hecho con tul color carne y bordado enteramente con microperlas que simulaban su piel querían “llamar la atención sobre los derechos de la mujer, sus cuerpos y cómo la disposición del cuerpo femenino por parte de ellas se sigue considerando discutida y cuestionable”, afirmaba.
Otro de ellos, el ya conocido como “el vestido contra el odio” recogía en él las críticas que recibe constantemente la modelo sobre su apariencia, cuerpo y libertad para sentirse mujer y madre.
La idea de recoger los insultos sexistas que se acumulan en las fotos publicadas por la influencer fue invención de Maria Grazia y quisó representarlos a través de un bordado negro en un fondo blanco “como la página de un libro que narra ese odio infructuoso contra el que luchamos cada día”, ha señalado Ferragni.
“El vestido manifiesto”, probablemente el que más se acercó a la línea tradicional de Dior. Aunque hemos de decir que, tradicional y reivindicativo, a partes iguales. En el vestido se bordó “Pensati libera”, dos palabras simples pero poderosas para romper con las convenciones del patriarcado y “dedicado a todas las mujeres que simplemente quieren sentirse ellas mismas sin ser juzgadas”, concluía a través de un post para Instagram.
Y, el último, el vestido “la gabbia”. Con este se pretendía “liberar a las nuevas generaciones de los estereotipos de género en los que las mujeres a menudo se sienten encerradas”.
Un vestido revolucionario que consistió en un chándal atrapado en una falda de tul que se inspiró en la obra de Jana Sterbak. Además, se diseñó uno igual en miniatura para la hija de la modelo, Vittoria. Es por este detalle que se dio más fuerza al mensaje social de que “la esperanza que colocamos en las niñas de hoy que serán las mujeres del mañana.
Este es el
deseo de una madre para su pequeña, que finalmente pueda gritar ¡victoria!”,
sentencia Chiara Ferragni.
Imágenes.
De una idea de @fabiomariadamato y @chiaraferragniEstilo y dirección artística @fabiomariadamato
Vestido personalizado por @dior para @mariagraziachiuri
Crédito de la foto: @giampaolosgura
Maquillaje @manuelemameli
Cabello @pattibussa