Redacción. Aurora Ubiña.
Azulejos, bacalao, fado... son palabras que nos evoca a Lisboa.
¿Pero Lisboa es la primera ciudad que te viene a la mente cuando piensas en viajar? Quizás no. Quizás se te vienen a la cabeza muchas otras ciudades primero.
Lisboa es una ciudad europea más antigua que Londres, París o Roma y está más cerca de África que de la mayoría del resto de Europa.
Aunque he de decirte que para mí particularmente esta ciudad si que está en mi "wish list viajera". Desde la Quinta da Regaleira, inspirada en el infierno de Dante, hasta la torre de Belém, es un lugar que me inspira a descubrir el pasado colonial del país y disfrutar de la arquitectura portuguesa.
Lisboa, capital de Portugal, es una ciudad bohemia, romántica, de hermosas vistas y gente muy tranquila. Lisboa se encuentra en la desembocadura del rio Tajo y es la capital más occidental del continente europeo. Como Roma, Lisboa fue construida sobre siete colinas. A treinta minutos se encuentra Sintra.
Puesto que no he viajado a Lisboa ni conozco mucho de la ciudad, este artículo consistirá en el gozo de descubrir cosas nuevas, soñar y planificar el viaje cuando pueda ir, esa también es una de las mejores cosas de viajar. La preparación del viaje.
Sacar partido a la diversidad de la ciudad. Escuchar fados. Realizar una clase de cocina moderna y dinámica para aprender a preparar pastéis y comparar con el sabor de los que preparan los auténticos pasteleros del lugar. Pasear por un castillo medieval que domina la ciudad. Puede ser un gran resumen de lo que podría ser un viaje a Lisboa.
¿Me acompañas a soñar?
Lo primero que haría en esta ciudad o que quisiera descubrir es una de las cosas más celebres de Lisboa. La repostería. Su pastel más famoso es Pastéis de nata, en plural. En singular sería pastel de nata. Yo creo que puedo empezar con uno, y luego paso a pastéis, en plural, estoy convencida que me comería seis seguidos ¿y tú?
Es increíble lo que puedes hacer con huevos, nata, canela y mantequilla. Se toma caliente y se sirve con canela y azúcar encima.
Me han recomendado que vaya al Mercado de Time Out Lisbon.
En el puesto de Manteigaria – Fábrica de Pastéis de Nata. Sería nuestra primera parada para probar estos pasteles, aunque en este mercado no solo venden estos dulces.
Me encanta ir a los mercados locales, porque siempre encuentras una colección de los mejores éxitos gastronómicos de cada ciudad.
En Lisboa, por supuesto, hay que probar también croquetas de bacalao. El bacalao es el plato nacional.
Me han comentado también que hay un sitio en este mercado en el que solo venden conservas de pescado. Y ahora lo sabes tú también. Venden sardinas, caballa, pulpo, calamar, bacalao, jurel, atún, entre otros. Yo normalmente cuando pienso en comer latas de conservas, lo hago por pura comodidad. Y aquí en Portugal parece que lo han elevado a una forma de arte. Así que ya se que me llevaría de souvenir. Porque además es práctico para llevártelo en la maleta de vuelta.
Me he emocionado tanto pensando en la comida, que no he pensado en el alojamiento, así que te propongo un hotel, y ya como tenemos las pilas cargadas, después recorreríamos la ciudad.
Creo que me hospedaría en el Hotel H10, en avenida duque de Loulé. Por su localización, está al lado de Chiado y Alfama, que son los barrios más importantes. Aunque además también porque es una cadena de hoteles que están muy bien, yo me he hospedado en Madrid con esta cadena y se que es un acierto seguro. He ojeado las fotos y la decoración me encanta. Y tiene muchos azulejos, que veremos por todo Lisboa.
Lo primero que llama la atención en esta ciudad, es algo sin levantar la vista del suelo ¡las aceras! Están realizadas con unos mosaicos preciosos. Y eso dice mucho de este lugar. ¿Qué te transmite un lugar donde hasta lo que hay debajo de tus pies sea bonito? Cuidan hasta el último detalle. Y luego encima alzas la vista y también es una ciudad preciosa.
Los edificios están revestidos de cerámica y azulejos preciosos. Creo que es una ciudad para enamorarse casi al instante. Las baldosas decorativas de cerámica esmaltada se llaman azulejos. Un término que procede del árabe. ¿Sabías que significa piedra pequeña pulida?
Cuando visito una ciudad, me parece muy importante situarme y estar orientada desde prácticamente el principio, tener una visión general del lugar. Así que la siguiente parada, sería el Elevador de Santa Justa.
Una vez vuelta a tierra firme, al lado está ubicado el Convento do Carmo, lo hemos visto desde arriba. Aquí podemos ver el Sarcófago de las Musas, del período romano, y el Friso dos Leones, un buen ejemplo de arte mozárabe en Portugal.
Siguiente parada. Castillo de San Jorge. Es imprescindible y está en el barrio más típico de lisboa. ¡Hay que verlo! Está ubicado en pleno corazón de la Alfama. Es un castillo medieval, construido por los visigodos, ampliado por los árabes y transformado en palacio real. El castillo se convirtió en prisión. Hay una vista de toda la bahía desde arriba, que no nos podemos perder.
Catedral de Lisboa, la Sé. Es una joya de la arquitectura del siglo XII, la Sé patriarcal es la iglesia más antigua de Lisboa.
Casa dos bicos, que significa casa de los picos. Edificio emblemático de Lisboa. El barrio de la Alfama ha pasado por todos los estados, ha sido rico y pobre, viejas naves se yuxtaponen a magníficas residencias, como la casa de los bicos.
¿Te darías un capricho de un restaurante dos estrellas Michelin? De ser así, hay que ir a Belcanto. Está ubicado en frente de la Plaza de la Ópera.
Llega el momento de pasear un poco más por la ciudad, y me han hablado de probar a realizar un recorrido en sidecar ¿nos atrevemos? Te lo digo porque este lugar está lleno de adoquines, y debe ser movidito el viaje. Lo bueno del paseo es que te debe de regalar unas vistas de 360º durante todo el recorrido. Lisboa está repleta de detalles, así que debe ser muy curioso y entretenido.
Hay dos acontecimientos fundamentales en la historia de Lisboa. Una es el terremoto de 1755. El gran terremoto lo cambió todo. Cambió el curso de la historia de Lisboa, de Portugal. Y la otra es la revolución de los claveles de 1974.
Después te amplío un poco más, sin llegar a colapsarte de información. Porque ahora tenemos que ir a hacer una parada a un lugar al otro lado del río. No se si eres consciente por fotos, de lo anchísimo que es el río, es lo primero que te llama la atención.
Vamos al restaurante Ponto Final. Este restaurante debe ser una parada obligatoria al venir a esta ciudad, porque está ubicado en un lugar mágico. Está sobre algo que ni si quiera es un muelle. Está en medio del agua. Sobre la estructura de hormigón con las mesas en medio sin ninguna barandilla. ¿Yo creo que me caeré el día que valla? ¡Hagan sus apuestas! Seguro que al mover la silla me olvido de que no hay barandilla y ¡al agua patos! Si vas tienes que pedir, gambas, sardinas a la brasa, guiso de rape con arroz y salsa de tomate.
¿Crees que el sitio en el que estés influye en el sabor de la comida? Porque yo creo que en este lugar debe estar espectacular.
Al Oeste del centro de la ciudad, está el barrio de Belém, un barrio imprescindible, un lugar perfecto para pasear y bajar la comida. Y ahora que seguro que te has convertido en un adicto a los Pastéis, la primera parada de este barrio tiene que ser al lugar más famoso donde los venden. Pastéis de Belém.
Monasterio Dos Jerónimos. Un monumento grandioso e imprescindible en este barrio. Muy ornamentado, parece encaje.
La Torre de Belem, tienes que subir noventa y tres escalones hasta disfrutar de sus vistas. Esta torre estaba en mitad del Tajo hasta que el terremoto de 1755, que la acercó definitivamente a tierra firme.
No quiero comparar Lisboa con nada, porque sería como degradarla. Pero no puedo dejar de pensar viendo fotos y documentales que hay algo en Lisboa que me resulta familiar, Quizás como fueron un país de exploradores, se aprecian influencias de todo el mundo. Lisboa recuerda a San Francisco, por las colinas, sus tranvías, la bahía y el puente de 25 de abril, que hace referencia a la resolución de los claveles que señaló el fin de la dictadura en Portugal y se parece al Golden Gate. Luego recuerda a París, por sus Cafés, y plazas como en Roma. Incluso tienen una estatua enorme de Jesús de piedra como en Río de Janeiro.
¿Probamos ahora los licores típicos de Lisboa?
Vino de Oporto en Manteigaria Silva. Es otro de los productos por el cuál Portugal también es famosa. También tienen quesos y embutidos.
Licor de guindas, Ginja, de Eduardino, en GinJinha Sem Rival. Me encantan los sitios especializados en una cosa, como este lugar. Sabes que lo que venden es fantástico porque depositan todas sus energías en perfeccionarlo.
Siguiente parada. Restaurante Ramiro, una marisquería de la que te vas a enamorar. Un local informal con comida maravillosa. Dicen que es de las mejores marisquerías de Lisboa, e incluso de Portugal. Que dicen que que recomiendan pedir, los langostinos, los carabineros, … déjate aconsejar por el local. La curiosidad de este es su poste. El postre Ramiro es un bocadillo de ternera, a la que se le echa mostaza y salsa piri piri. ¿Porqué? Dicen que después de comer el marisco necesitas algo más. A este bocadillo los portugueses le llaman “prego”.
Lisboa es una gran ciudad para caminar, aunque con tantas cuestas, hay que venir en forma. El centro histórico de la ciudad se compone de siete colinas, como Roma, una sucesión de subidas y bajadas, marcarán las caminatas...Así que estoy pensando en probar el tranvía. Me han comentado que hay que coger la línea 28. Este tranvía antiguo es famoso porque es el único que atraviesa la vieja Lisboa. Esta línea te lleva por algunas calles principales y también a otras estrechísimas.
Para este artículo he aprendido una palabra nueva, importante para los portugueses, “Saudade”, significa “anhelo o anhelar”. Es un sentimiento que parece formar parte del carácter local. Es como una tristeza bella. Aquí escuchan música que les produce ese sentimiento. Se llama “fado”, que significa "destino". Es un estilo musical, podría decirse que es como un blues portugués. Es como un sentimiento de echar de menos a alguien, no de estar triste.
Para descubrir algo más sobre Fado, te propongo dos opciones.
Visitar Museo Do Fado. Declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Es el primero en Portugal dedicado íntegramente dedicado al Fado.
O ir a un restaurante del barrio de Alfama donde además de disfrutar de su comida, realizan música fado en directo. Hay muchas opciones donde elegir, mi recomendación es que te dejes aconsejar por un lugareño.
Éste segundo plan seguro que te apetece tanto como a mí, y quien sabe, quizás hasta ese día nos animamos a cantar con ellos.
¿Nos vamos de excursión?
Si vienes a Lisboa, hay una parada obligatoria cercana. Hay que visitar Sintra. Cuando escuché por primera vez este nombre, me pareció salido de una novela romántica. Dicen que era el lugar favorito de Lord Byron.
Primero hay que visitar el Palacio da Pena. Es un lugar precioso, con unas vistas de 360º
Una vez visitado el palacio, podríamos ir calle abajo, hacía el centro de Sintra, a probar más dulces. Hay un lugar que se llama Piriquita. Hacen muchos pasteles diferentes, pero dicen que todo el mundo viene a probar Travesseiros. Son unas pastas de hojaldre, relleno de crema de almendras, y también servido caliente como los Pastéis de Belém. En español significa “almohada”.
Lisboa es innegable que sea un lugar del que sea fácil enamorarse. Tengo la sensación de que tiene un espíritu maravilloso, incluso en las aceras.
¿Cómo te puede atrapar un lugar? Yo creo que, por el aspecto, por lo que sientes cuando paseas por sus calles, por su gente, y por supuesto por su comida.
¿Te ha pasado alguna vez que piensas, cuando llevas poco tiempo en un lugar nuevo, quizá podría vivir aquí?
¡Atrévete a ir a algún sitio por pura corazonada, fuera de lo habitual! ¡Déjate llevar! A algún sitio que no hayas estado nunca. Explora y conoce a la gente. Y prueba un montón de buena comida. Pasea por sus calles.
Y si eres realmente afortunado, quizás acabes en Lisboa…
Redactora. Aurora Ubiña
Fotografía portada. Thu Trang