La Diseñadora Cristina Tamborero posee una firma muy joven en el mundo de la moda, pero ese detalle no ha impedido que se
posicione y sea de las marcas más solicitadas por las novias e invitadas.
Ella nos comenta que en su familia nadie se dedicó a la costura y mucho menos
al mundo de las novias. Siente que todo fluyó de una forma muy especial desde
su niñez...
Se despertó mi interés que yo
recuerde a los ocho años, cuando le pedí una tarde a mi madre el poder
probarme su vestido de novia…
Me encantaba ver muchas películas y casualmente todas acababan en bodas. Yo
creo que es algo que poquito a poco y de manera inconsciente fui desarrollando.
Recuerdo que cuando estábamos en un restaurante, yo cogía una servilleta y le
hacía un vestido blanco a una muñeca mía, y mi madre preguntaba: ¿por qué blanco? Y yo le decía que era porque me gustaban los vestidos blancos de las novias.
Mi madre es artista, ella pinta cuadros, realiza pinturas abstractas y modernas,
de ahí me viene un poco, puede estar relacionado, pero nada de costura. Es algo que nació de mí, es algo vocacional.
Antes de transitar por el camino de la moda, lo primero que hizo fue estudiar
una carrera que ha sido la base fundamental para emprender su empresa.
Vengo de una familia muy clásica, mi padre es abogado y cuando le propuse estudiar diseño de moda, me dijo que yo tenía que estudiar primero
una carrera; y fue así como estudié en Ramón Llull, Administración y
dirección de empresas y ahora se lo agradezco mucho.
Mi consejo para todas las personas es que se formen primero a nivel empresarial
y después dejen volar su imaginación con una carrera como puede ser diseño
de moda.
Cuando acabé le dije a mi padre que trabajaría de lo que había
estudiado, pero que paralelamente quería continuar con mi carrera de diseño de
moda, porque ese era mi sueño y así lo hice.
Cristina estudió en el IED de Barcelona, y al acabar
sus estudios de Diseño de Moda, decidió realizar algo que le apasionaba en su tesis final, que no
tenía nada que ver con lo que le habían propuesto. Fue una oportunidad para
demostrar aquello que tanto le apasionaba y que al darlo a conocer le abrió grandes
posibilidades.
Hablé con la directora y le propuse realizar una pequeña colección de seis vestidos de novias, al principio la directora se sorprendió porque mis compañeros hacían abrigos y pantalones; pero al final la convencí y me dejaron realizarlo. La verdad fue una manera muy buena de comenzar, porque arriesgaba pero no arriesgaba, porque estaba dentro de mis estudios y casualmente yo en ese momento tenía un blog personal, en el que colgué mi tesis y para sorpresa mía, habían novias que querían casarse con los modelos que habían en mi tesis y confiaron en mí... Fue el boca a boca que hizo que la gente se animará y fui haciendo más modelos y de ahí, hasta ahora...
El blog en donde hablaba de tendencias, desfiles de moda, fue su primera
plataforma para dar a conocer su trabajo, todo de una forma muy inocente.
Reconoce que su primera profesión es una herramienta importante para emprender
su proyecto, pero poco a poco fue teniendo más clientas y al no dar abasto, decidió arriesgarse.
Sin mi primera carrera no podría tener mi marca. Yo siempre digo que en este
mundo ganan los porcentajes y hay que pensar ¿en qué porcentaje eres diseñadora y en qué porcentaje eres empresaria?, en mi caso gana la empresaria, porque llevar
una estructura de negocio como la que tenemos nosotros, es complicado.
La
parte del diseño siempre está al día, estoy diseñando con mis clientas y
con mi equipo, pero tenemos que tener claro que... ¡El instinto artístico nace, el instinto empresarial te lo
tienen que enseñar!
Yo tenía ofertas de trabajo sobre la mesa muy buenas, pero al ver que realmente
funcionaba, decidí perseguir mi sueño y pensaba que para trabajar para otros, tenía toda la vida si no funcionaba. En ese momento no tenía responsabilidades, era el momento para decidir; todo o nada.
Busqué un pequeño local en paseo de gracia y ahora estamos en diagonal, fui
creando mi equipo, comencé con una modista y luego entró una patronista, y
luego alguien que llevará las redes sociales... no he decaído y si decaigo,
uno se tiene que levantar.
La firma de Cristina Tamborero tiene colecciones elegantes y con matices que la
convierten en una marca muy especial. Sus tejidos y tonos van acorde a las
tendencias y a sus clientas.
Nuestra mujer es clásica, pero a la vez rompedora, está informada de las
tendencias, ya sea a nivel invitada o novias, estamos al tanto de lo que el
mercado pide para poder ofrecerle, creo que la mujer Cristina Tamborero es
elegante, actual y detallista.
En el caso de los tejidos, trabajamos con los mismos, pero trabajados de
distinta manera, como el crep de seda, el micado para los volúmenes, el tul, la
muselina y los combinamos con bordados, ya sea en pedrería, de tul de seda,
para darle un valor al vestido y diferenciarnos.
Solemos arriesgar a nivel paleta de color, siempre ponemos unos cuantos colores,
algunos clásicos, pero siempre ofrecemos colores distintos a lo que se puede
encontrar en el mercado.
En los vestidos de fiesta existen dos vertientes, aquella línea para las chicas
más jovencitas con colores más arriesgados, escotes de espalda y delantero con
líneas más marcadas, con ese toque más sexi sin perder la elegancia que
caracteriza a la firma y luego para las mamás que no se quieren ver como la
típica madrina de boda, son vestidos clásicos, de líneas clásicas, pensados
para ellas, realizados de tejidos de seda con bordados maravillosos hechos a
manos, pero siempre manteniendo un diseño actual y moderno para ellas.
Otra de las plataformas que le ha permitido esa difusión en el mundo bridal,
ha sido el Valmont Barcelona Bridal Fashion Week, una oportunidad
que le ha permitido vivir grandes momentos, donde ha mostrado la belleza y
esencia de sus colecciones, como la pasada colección llamada Five.
La colección anterior fue muy especial, porque llevamos cinco años de la firma
y quería hacer una regresión de los vestidos más icónicos, más emblemáticos de
nuestras colecciones, y trasladarlos a la actualidad, renovándose, pero
siguiendo una misma esencia, una misma línea, un mismo estilo. Ha sido una
colección muy aceptada por las novias, es una colección muy soñadora.
Doy gracias a los directivos de la WBBFW por confiar en mi marca
cuando llevaba un año, fue un impulso para que el mundo me conociera a nivel
nacional e internacional.
Recuerda con emoción e ilusión lo que vivió en los desfiles, desde la primera
vez en la pasarela junto a creativos muy reconocidos y como disfruta cada
instante a pesar de lo estresante que pueda resultar.
La primera vez cuando acabó el desfile, y mira que no soy nada de llorar, solo
lloraba, y no sé si lloraba de nervios, o porque había pasado todo, era un cóctel
de emociones, pero lo que realmente esperas después de cada desfile son las
críticas.
Un poco ese es el miedo que yo tenía, al estar con los grandes de las novias y no saber que podrian opinar. Pero la aceptación fue positiva y espectacular
y me dio la fuerza para seguir adelante; al final el que no
arriesga no gana.
Hoy en día sigo pasando nervios, atiendo medios de comunicación, pero al
terminar me voy directa a casa a estirarme en el sofá, apago el teléfono porque
necesito un momento de desconexión, porque son tantos días de intensidad, de
trabajo y de estrés. Yo apago el teléfono y al día siguiente lo vuelvo a
encender y contesto a todo el mundo. La verdad es que es muy estresante pero
muy gratificante.
Entre sus referentes nombra a Elie Saab, al cual considera como el
diseñador que trabaja como nadie la pedrería y en el nivel de las novias
menciona a Rosa Clará y Pronovias, quienes han posicionado a
Barcelona como la ciudad de las novias.
Para Cristina son marcas inspiradoras y que ella concibe sus creaciones de una
forma que todo fluye.
Yo creo que lo bonito de la inspiración, es cuando no sabes cuando te la vas a
encontrar, pero cuando la encuentres, cógela, persiguela y exprímela hasta el
último momento. Porque es lo más importante encontrar ese punto de inspiración
para poder seguir creando. Cualquier cosa me puede inspirar, pero cuando la
encuentro, la exprimo y la estudio hasta el fondo.
En relación con la desconexión, la diseñadora nos comenta que ella lo realiza para
disfrutar de las personas que son valiosas en su vida.
Yo lo intento por mi salud mental; hay que saber desconectar, yo entre semana
soy una adicta al trabajo, lo doy absolutamente todo, pero cuando llega el viernes, cuando
salgo del despacho, no hay otra cosa que mi familia. Tengo dos hijos que son
pequeñitos, y el sábado y domingo apago el teléfono del trabajo y lo dedico
para mi familia y mis amigos, que es lo que más me llena porque entre semana no
puedo estar con ellos, por eso el fin de semana, desconecto y lo hago.
Después de estos cinco años, ¿Qué te ha dado tu firma?
Yo creo que en esta vida, hay muy pocas personas que pueden decir que se
levantan, se van a trabajar y es como si se fueran a jugar, es como cuando mi
hijo se va al patio; pues yo lo mismo.
Yo me levanto, me voy a trabajar y tengo
la gran suerte de que es mi vida, y han pasado estos cinco años, ahora en septiembre hacemos seis y yo todavía no me lo puedo
creer que haya pasado tan rápido, pero disfruto muchísimo con mi trabajo y
espero poder dedicarme a esto el resto de mi vida.
Para Cristina Tamborero es vital el arriesgarse, nos indica que es necesario
realizar aquello que nos apasiona, que al menos intentemos saber si resultará o
no.
Esto depende de mucho de cada situación, sinceramente pienso que en esta
vida estamos de paso y hay que vivirla intensamente, y ¿cómo la vas a vivir
intensamente? ¡Siendo feliz! Y tu trabajo te tiene que hacer feliz.
Evidentemente no te voy a engañar, a veces sales del atelier y has tenido un
mal día, ha pasado algo en el trabajo, es como a todo el mundo, pero es tuyo.
Hay personas que no tienen el sueño de tener algo suyo, eso estupendo también, es una forma de vivir, pero realmente la gente que tiene esa ambición de crear
algo, yo creo que en esta vida en algún momento lo tienes que intentar, porque
si no te quedaras con la eterna duda de ¿y si lo hubiera hecho..? Al
menos inténtalo.
La diseñadora se considera una persona muy constante, indica que su cabeza no
para nunca, no deja de innovar, no suele quedarse en la zona de confort, es
ambiciosa y detallista, amante de su trabajo y no deja de lado a las personas
que quiere y la situación actual le ha permitido disfrutar mucho más de los que
ama.
No lo estoy llevando nada mal, tengo un niño de 3 años y medio y otro de nueve
meses, por lo cual aburridos, no nos aburrimos. Y a todo esto, estoy acabando
de lanzar la nueva colección de vestidos de novias que saldrá a la luz este
verano. Entonces todavía estoy acabando de diseñar cosas, accesorios, detalles
de los vestidos...
También te digo que un diseñador necesita el punto ese de saber parar, y hay
momentos en el cual no lo sabes hacer, entonces yo creo que esto ha sido como
una obligación que nos ha ido muy bien por lo menos en mi caso.
Me puse a pensar en lo que voy a
hacer al salir del Covid, porque la situación va a ser distinta. Con lo cual
hay que saber adaptarse, y la verdad es que estos días en casa, personalmente
me ha ayudado mucho a pensar nuevas estrategias y nuevos pasos a seguir dentro
de mi empresa y disfrutar de mi familia, por lo menos hemos estado juntos
muchos días.
Nos comenta que va a ser una colección que
gustará mucho, una colección donde han arriesgado y también hacen hincapié en
las novias de la temporada otoño invierno con un look mucho más atractivo, pero sin olvidar que todo se encuentra bajo la esencia de la marca.
Es una marca joven con un punto clásico y a la vez renovada y moderna, podría
sonar contradictorio, pero mi marca lo tiene. Sigo las tendencias, y tengo la
oportunidad de escuchar a mis novias porque las atiendo yo. Las escucho, sé lo
que buscan y me quedo con ello e intento ofrecérselo en las colecciones.
Definitivamente Cristina Tamborero es una mujer que muestra un cuidado
minucioso en las piezas que conforman sus colecciones, pero también posee una
energía que transmite no solo en sus creaciones, también lo hace en cada paso de su historia.