Es una mujer que posee una sensibilidad abrumadora, una
creativa que conecta con las emociones, un exquisito
concepto del diseño artesanal. La diseñadora Verónica Miranda nació en Logroño y desde
siempre ha vivido entre telas y artesanías.
Nos comenta que su madre era modista de alta costura, una artista con mucho gusto al mezclar texturas y géneros.
Nos comenta que su madre era modista de alta costura, una artista con mucho gusto al mezclar texturas y géneros.
Desde pequeña debí tener el gusanillo, aunque no era muy
dada a crear vestidos. Mi madre era una mujer que siempre iba a la última y muy
elegante. Creo que el estilo y la manera de hacer me viene de casa y de hecho
desde los 16 años, yo quería hacer moda, pero no existían plataformas...
Estudió Políticas y Sociología, especializándose en
Relaciones Internacionales y Sociología Urbana. Pero siempre sintió atracción por
lo artístico, aunque ambas carreras aportaron muchísimo en su nueva elección.
Ella accedió a una beca de erasmus, llevándola el último año de estudios hacia Italia, donde volvió a conectar con la moda.
Ella accedió a una beca de erasmus, llevándola el último año de estudios hacia Italia, donde volvió a conectar con la moda.
Luego me fui a Inglaterra por unos seis meses y terminé
quedándome por dos años y medio, ahí comencé a hacer cursos de fotografía en Central Saint Martins donde volví a encontrarme con el mundo creativo y de la moda.
Después decidí volver a España, llegando a Barcelona en donde vivía mi hermano que tenía la intención de abrir un restaurante. En mi casa a parte de la moda, somos unos pirados de la gastronomía y siempre nos ha gustado la parte gastronómica y la restauración.
Me quedé para apoyarlo porque ya había trabajado en ese sector y paralelamente comencé a estudiar diseño con 26 años. Comencé en el IED pero me di cuenta de que buscaba profundizar más en las técnicas, tanto en patronaje, como en el estudio de los tejidos, siempre creo que he sido una “Slow fashion”; siempre me ha gustado estar en contacto con los tejidos, modelar en el Maniquí. Eso hizo que buscara otra escuela que me diera otras pautas y tuve la suerte de encontrar el Instituto Catalán de la Moda, fue una etapa en la que coincide con profesionales de primera como Ángel Amor.
Después decidí volver a España, llegando a Barcelona en donde vivía mi hermano que tenía la intención de abrir un restaurante. En mi casa a parte de la moda, somos unos pirados de la gastronomía y siempre nos ha gustado la parte gastronómica y la restauración.
Me quedé para apoyarlo porque ya había trabajado en ese sector y paralelamente comencé a estudiar diseño con 26 años. Comencé en el IED pero me di cuenta de que buscaba profundizar más en las técnicas, tanto en patronaje, como en el estudio de los tejidos, siempre creo que he sido una “Slow fashion”; siempre me ha gustado estar en contacto con los tejidos, modelar en el Maniquí. Eso hizo que buscara otra escuela que me diera otras pautas y tuve la suerte de encontrar el Instituto Catalán de la Moda, fue una etapa en la que coincide con profesionales de primera como Ángel Amor.
Tuvo la oportunidad, gracias al ímpetu de sus profesores, de poder
realizar prácticas y trabajar en el departamento de alta costura de John
Galliano y en el de diseño de Lagerfeld Gallery.
Recuerda que anteriormente había visitado París con su hermana para testar el lugar y llevaba una maleta inmensa con toda su tesis llamado "Coleccionista de Mujeres", con tres plafones donde mostraba distintas técnicas de bordados y texturas creadas para ellos y en la actualidad las guarda con especial cariño.
Recuerda que anteriormente había visitado París con su hermana para testar el lugar y llevaba una maleta inmensa con toda su tesis llamado "Coleccionista de Mujeres", con tres plafones donde mostraba distintas técnicas de bordados y texturas creadas para ellos y en la actualidad las guarda con especial cariño.
En el departamento de John Galliano nos daban plena
libertad de crear, hacer tintes, mezclar y preparábamos un book tremendo a base
de plafones de tendencias que se estaban trabajando en esas colecciones. Recuerdo
que una de mis texturas salió en el desfile de Galliano; trabajé tornillos,
hilos metalizados ¡Fue un trabajo increíble!
Luego en París tuve la suerte, de poder entrar en Lagerfeld
Gallery, estaba en el departamento de diseño, de prácticas donde mi responsable era Álvaro Castellano, que ahora es parte de Alvarno. Todo un profesional, un lujo con experiencia.
En Galliano disfruté con su locura y la creatividad que me dio, otra variante
muy diferente fue Karl Lagerfeld que definitivamente era el káiser, vi otro perfil
de creación, donde todo pasaba por su cabeza.
Tuve la suerte de tenerlo delante, trabajar con él, con otro
sistema, era una persona que intervenía en todos los aspectos de la creación,
era una cabeza pensante.
Ambos eran personas admirables y de cada uno de ellos he ido cogiendo cosas, he ido puliéndome.
Ambos eran personas admirables y de cada uno de ellos he ido cogiendo cosas, he ido puliéndome.
A su vuelta a España, estuvo trabajando en Madrid en Sybilla,
estaba como responsable de tejidos, porque es una creativa con mucho tacto para
los géneros. También trabajó con Ion Fiz, Josep Font y Teresa Helbig y fue en
el 2009 que decidió crear su propia marca, “Verónica Miranda Atelier”.
De hecho, nunca he querido montar la marca, yo siempre quise
trabajar para otro diseñador y fue hace siete años cuando (pusimos la carne en
el asador).
Tuve la suerte de trabajar con Teresa Helbig, a través de una amiga que sabía que conectaríamos muy bien y así fue, me encanta su trabajo, creo que hablamos el mismo idioma pero respetando nuestros mundos. Fue en ese momento que decidí que todo lo que conlleva el trabajo en un atelier era el concepto que estaba buscando.
Poco a poco comenzaron a llamarme amigas y decirme
que se casaban otras amigas o familiares y así fueron llegando clientes, paralelamente
comencé un proyecto de complementos, de tocados a medida donde utilizamos materiales de primera calidad, complementos y fornituras que hacían diferentes artesanos a mano, ya ligando el complemento de lujo con la artesanía.
Nos comenta que su marca “Verónica Miranda Atelier” no sigue
tendencias, simplemente intuiciones. Para la creativa es una obsesión siempre
dar calidad y que su firma representa todo aquello que le inspira.
Creo que cuando haces una pieza, generas un proceso sobre
todo si es manual y artesano, por lo cual tienes que dar siempre el máximo de calidad.
Me introduje en otro proceso de aprendizaje para hacer los tocados y las flores a mano. Siempre estoy en búsqueda de artesanos que trabajen cosas especiales y únicas. Somos apasionadas por la artesanía y de recuperar procesos, generamos nuestros propios tejidos en telar de bajo lizo, donde creamos a partir de tiras de seda, de géneros que recuperamos de los propios cortes de los vestidos, hilos con fantasía... para dar forma a texturas únicas y exclusivas.
Me introduje en otro proceso de aprendizaje para hacer los tocados y las flores a mano. Siempre estoy en búsqueda de artesanos que trabajen cosas especiales y únicas. Somos apasionadas por la artesanía y de recuperar procesos, generamos nuestros propios tejidos en telar de bajo lizo, donde creamos a partir de tiras de seda, de géneros que recuperamos de los propios cortes de los vestidos, hilos con fantasía... para dar forma a texturas únicas y exclusivas.
"Veronica Miranda Atelier" es una marca muy versátil, de hecho, mi línea de marca es Versátil, Bridal y Couture; versátil porque existe mucha versatilidad en mis colecciones y prendas de showroom, bridal porque me centro en la novia y su mundo y Couture porque hacemos alta costura.
Poco a poco el crecimiento de la marca durante los siete
años ha sido increíble, pero siempre con los pies en la tierra como indica la
diseñadora, trabajando cada mínimo detalle para las mujeres que están deseando
vestir un Verónica Miranda.
No hemos hecho ningún tipo de intervención. No he movido la
marca, todo ha sido de boca a oreja. En este año se está dando más presencia, podemos mostrar de manera más trabajada y con coherencia todo lo que se hace adentro. Fue un proceso natural montar mi propia marca, porque nunca pensé ser mi propia
jefa.
"Verónica Miranda Atelier" tiene características, a nivel
personal el poder oír que se me puede identificar, que reconozcan los cortes y líneas,
es un halago, es un éxito de marca. Significa que
has podido reflejar tu esencia, además, yo diseño a base del género, es el que
me da el concepto de la línea del vestido, puedo visualizar esos cortes y volúmenes en
cada colección.
Mis clientas son mujeres que buscan un trabajo muy personal, con las cuales se crea un feeling, son mujeres que entienden de moda, tienen afinidades y les gusta sentirse únicas con piezas especiales.
Mis clientas son mujeres que buscan un trabajo muy personal, con las cuales se crea un feeling, son mujeres que entienden de moda, tienen afinidades y les gusta sentirse únicas con piezas especiales.
Nos comenta que su equipo son sus pilares, indica que
ninguna empresa puede ir hacia adelante sin un buen equipo y que ella siente
que ha tenido muchísima suerte por encontrarse a personas que han ido dando
forma a lo que es Verónica Miranda Atelier actualmente.
Una de ellas es Encarna, mi jefa de taller a la cual admiro y
no solo adoro, es que la admiro, porque que lleva más de cuarenta años haciendo
alta costura, con procesos con los cuales me siento muy identificada. Hemos ido de la mano en la creación de los pilares actuales
de la firma.
Nosotras somos de las antiguas, no tenemos plotters, nuestro patrón es absolutamente manual, todo se realiza bajo medida, no hay nada industrializado. Nuestros procesos son personalizados, el corte es manual, pieza por pieza. vestido por vestido. Somos puro Atelier, eso significa taller o puesto de trabajo artesano... por eso defiendo tanto la palabra atelie, que está siendo tan mal usada últimamente.
Claudia es mi mano derecha a nivel diseño y creación de texturas, la conocí hace seis años, ella es diseñadora textil y es quien genera el apartado de telar y toda la logística con los proveedores, la parte técnica de crear nuestro propio tweed, nuestro Chanel... ella fue quien creó el género para el cuerpo de mi vestido de novia, siempre va conmigo a las ferias y quien lleva a cabo la búsqueda de diferentes artesanos y Sergi, mi marido, quién me acompaña desde el inicio, parte de la creación de Verónica Miranda, él se encarga de la parte empresarial de la empresa con nuestro equipo de asesores, sin olvidar a todas las personas que están en el taller ayudando a Encarna y las personas externas que nos ayudan en otras disciplinas.
Nosotras somos de las antiguas, no tenemos plotters, nuestro patrón es absolutamente manual, todo se realiza bajo medida, no hay nada industrializado. Nuestros procesos son personalizados, el corte es manual, pieza por pieza. vestido por vestido. Somos puro Atelier, eso significa taller o puesto de trabajo artesano... por eso defiendo tanto la palabra atelie, que está siendo tan mal usada últimamente.
Claudia es mi mano derecha a nivel diseño y creación de texturas, la conocí hace seis años, ella es diseñadora textil y es quien genera el apartado de telar y toda la logística con los proveedores, la parte técnica de crear nuestro propio tweed, nuestro Chanel... ella fue quien creó el género para el cuerpo de mi vestido de novia, siempre va conmigo a las ferias y quien lleva a cabo la búsqueda de diferentes artesanos y Sergi, mi marido, quién me acompaña desde el inicio, parte de la creación de Verónica Miranda, él se encarga de la parte empresarial de la empresa con nuestro equipo de asesores, sin olvidar a todas las personas que están en el taller ayudando a Encarna y las personas externas que nos ayudan en otras disciplinas.
Existe un esmero especial con todas las clientas que acuden
a su atelier, para ella es importante marcar la diferencia en ese aspecto.
Siempre busco que el trabajo sea muy exclusivo. Realizo
bocetos del diseño y se hace tal cual, el dossier que se entrega a la novia al final del proceso, lo demuestra. Trato de hacer un seguimiento personal con cada una de mis novias, soy quien las ha entrevistado, hemos creado juntas su vestido, creo que es importantísimo estar en el proceso junto a ellas.
Hacemos muchos procesos que no se ven, cuidamos mucho la calidad del género, creo que he ido afinandome al pasar por diversas casas, soy más fina en los cortes, aunque siempre tenemos una línea muy marcada en concepto muy minimal. Para mí es la pura elegancia.
Cuando las novias vienen con fechas cortas, lo primero que
hago es relajarlas, porque sí podemos realizar trabajos a novias exprés, también realizamos para clientas el casual, el día a día, como digo yo hacemos joyas de fondo de armario,
hacemos todo lo que significa un trabajo a medida.
Para Verónica el mundo del diseño le ha permitido conectar
con muchas emociones, valorar vivencias, pero sobre todo tomar conciencia de
todo lo que la rodea. En la actualidad la firma colabora con cinco ONG al mes.
¡El mundo del diseño me aporta una profesión a la cual amo y
por la cual vibro! Se me ponen los pelos de punta cuando encuentro el concepto
y se que voy encaminada, y cuando una novia esta completamente radiante.
He descubierto mi profesión, aunque desde muy joven estaba
marcada, y he intentado recuperar lo que he vivido en casa, ese amor por el
tejido.
Nosotras guardamos el más pequeño retal, porque respeto el medio ambiente, existe un sistema circular en la empresa y en nuestro equipo estamos super concienciados. Es más, siempre mi sueño fue entrar en una ONG, estar relacionada con la parte humanitaria.
He recuperado ese sistema de trabajo, que se vea la diferencia a nivel corte y confección, no es por el hecho de tener. Porque no soy nada consumista. Estoy cansada del sistema que generamos el comprar por comprar.
Nosotras guardamos el más pequeño retal, porque respeto el medio ambiente, existe un sistema circular en la empresa y en nuestro equipo estamos super concienciados. Es más, siempre mi sueño fue entrar en una ONG, estar relacionada con la parte humanitaria.
He recuperado ese sistema de trabajo, que se vea la diferencia a nivel corte y confección, no es por el hecho de tener. Porque no soy nada consumista. Estoy cansada del sistema que generamos el comprar por comprar.
Le doy mucha importancia a la calidad, intento dar sentido a
lo que compro y el cómo lo compro. Con la marca intento generar lo mismo, dar una versatilidad a las piezas.
Verónica, nos indica que muchas veces es complicado el
desconectar, porque siempre fluyen las ideas y es algo que le fascina.
Esa parte de mí que tengo que trabajar, tengo como cinco
perfiles dentro de mi puesto de trabajo y hay muchas cosas que hacía y ahora
esta otra persona, pero sigo presente, muchas veces no se delegar.
Sigo liberándome de ciertas tareas, a parte de ser mamá y aunque es algo difícil conciliar con la vida de familia, existe un equilibrio.
Sigo liberándome de ciertas tareas, a parte de ser mamá y aunque es algo difícil conciliar con la vida de familia, existe un equilibrio.
Los miércoles le dedico una hora a mi clase
de pilates, es mi único momento de la semana y ya llevo casi dos años, me ayuda a alinear la postura y sobre todo la cabeza,
porque nunca dejo de pensar.
Es bastante complicado, hay agotamiento y de vez en cuando necesitamos respirar.
Es bastante complicado, hay agotamiento y de vez en cuando necesitamos respirar.
La diseñadora nos indica que el crecimiento se va dando
según el volumen en su marca y tiene claro que las personas que formen parte de
su equipo, todas las personas que intervengan en su taller tienen que ser versátiles y tener un amor por los procesos de la alta costura.
Vamos incluyendo personal y vamos formándolas con la antigua manera de generar las cosas, esos puntos que en las escuelas ya
no las enseñan, se están olvidando de los procesos del taller.
Recuerdo que cuando buscaba trabajo, como había trabajado en
muchas cosas, me preguntaban porque había estado en tantos lugares y les decía:
¡Me estaba formando!
Para mí eso es enriquecimiento personal, es sabiduría, es poder afinar cuál es tu sitio, en qué tipo de trabajo quieres estar y que es lo que quieres ofrecer.
Para mí eso es enriquecimiento personal, es sabiduría, es poder afinar cuál es tu sitio, en qué tipo de trabajo quieres estar y que es lo que quieres ofrecer.
Por eso hemos ido visualizando, poniendo ciertos pilares
para que todo cuadre, y siempre hay movimiento de alumnas, a las cuales les
aconsejo que se vayan fuera, que viajen, que hagan muchas prácticas, que cojan
experiencias, que no se queden encasilladas.
Quien me iba a decir a mí, que yo estaría trabajando con Galliano
o con Karl Lagerfeld, por eso siempre incito a moverse, a que vean que hay
mucho más y que así vamos poco a poco madurando en la profesión y en lo que
hacemos.
¿Cuál es la esencia de Verónica Miranda Atelier?
La marca nace bajo un nombre, nació bajo una dirección creativa,
lleva la firma de quien va detrás. Al final y al cabo está marcando mi estilo.
Tomando en cuenta a todas las personas que me apoyan. Al final la esencia es la elegancia, es el Chic Couture, es el punto atrevido que forma parte de la marca.
Tomando en cuenta a todas las personas que me apoyan. Al final la esencia es la elegancia, es el Chic Couture, es el punto atrevido que forma parte de la marca.
La diseñadora presentó por primera vez sus diseños en el
evento Oh! La la Barcelona, nunca ha participado en desfiles porque siente que no termina de posicionar
el estilo de la marca con algunos eventos.
En la actualidad está desarrollando la colección de
espardeñas, es un año en el cual se encuentran trabajando en texturas
interesantes, también están trabajando una línea para las más pequeñas, innovando la línea de
sastrería. Tienen muchos proyectos que le generan ilusión.
Entre mis proyectos, espero que suceda y estamos trabajando
en ello, es el estar en el mercado Japonés y en el de Arabia Saudí. Pero
siempre vamos poco a poco con pies en tierra. Nuestra proyección obviamente es poder
estar con nuestras colecciones Soft Couture, en ciertas casas y galerías donde se les dé importancia a
los autores.
Nos fascina descubrir cómo
es Verónica.
Soy una persona super cariñosa, muy cercana, me gusta tener a las personas cerca, al mismo tiempo soy muy independiente a nivel
personal y estoy centrada en mi trabajo, absolutamente en mi marca, haciendo
que se establezca.
Adoro a mi familia que son lo más importante en mi vida. ¡Soy independiente y natural!
Adoro a mi familia que son lo más importante en mi vida. ¡Soy independiente y natural!
Definitivamente la suma de experiencias ha forjado una mujer
que desprende creatividad. Una mujer que inspira y motiva. Una mujer apasionada
por cada detalle que refleja su marca.
Entrevista realizada por Karina Casquero Ch.
Imágenes cedidas por Verónica Miranda Atelier