¡Comienza la cuenta atrás! Queda poco para cerrar los 365 días de este año, nos encontramos realizando los últimos preparativos para compartir estas fechas con todos aquellos a quienes queremos.
Muchos estamos preocupados por las deliciosas comidas que llenarán las mesas, otros pensando en el look que van a lucir esa noche, también están las personas que no quieren comenzar el próximo año teniendo deberes pendientes.
Todos absolutamente todos, tenemos algo que ronda nuestras cabezas, ese algo que nos inquieta y emociona.
Pero indistintamente de si luciremos vestidos o trajes, lentejuelas o plumas, o si vestiremos de dorado, negro o los colores que apetezcan. Muchos estamos realizando una evaluación de lo vivido, vemos cuales han sido nuestros cambios, los pasos que hemos dado, aquellos errores cometidos y todas las experiencias que nos han reforzado.
Al final han sido 365 días que nos han permitido cumplir lo que nos trazamos el año anterior. Aunque también somos conscientes de que muchos de aquellos objetivos se han quedado a medias o simplemente no han dado ni el primer paso o por circunstancias cambiaron de forma repentina.
Esos 365 días estuvieron llenos de aprendizajes, descubrimos nuevas facetas que nos sorprendieron, pudimos viajar a ese lugar que nos robaba el sueño, nos hemos arriesgado y dimos por fin el salto, emprendemos nuevos proyectos, nos hemos reconciliado con nosotros mismos, volvimos a sentir los abrazos de nuestros seres amados, pudimos adoptar una mascota; infinidad de momentos que nos han marcado el camino como todas las personas que han llegado o aquellas que siguen ahí y aunque no las vieras constantemente, siempre han estado ahí.
¡Sí! Definitivamente han sido 365 días por los cuales tenemos que dar gracias, ¡Gracias por todo! Ya sea bueno, excelente, regular o no tan bueno, pero han sido 365 días que hemos visto esa luz por la ventana, sentimos el calor o la brisa en nuestra piel, nos hemos ruborizado con besos, palabras o gestos; hemos llorado de tristeza, alegría o simplemente por pura emoción; nos hemos reído hasta que nos duela la tripa, nos hemos enamorado y vuelto a enamorar...
¡Gracias! Por todas las personas que han compartido su tiempo con nosotros, por el nacimiento de nuevas amistades, por la familia y amigos que tenemos, pero sobre todo debemos darnos gracias a nosotros mismos, porque a pesar de todas las circunstancias seguimos manteniendo nuestra esencia y vamos evolucionando.
Tenemos que darnos las gracias por que somos capaces de muchas cosas, porque somos soñadores, porque tenemos la capacidad de emprender, sorprender y porque somos apasionados. ¡Nunca lo olvidéis!
Y a ti por esos minutos que me regalas al leerme y por todo lo que viviremos los próximos 365 días ¡Gracias! y ¡Felices Fiestas!
Redacción: Karina Casquero Ch.
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