DOCTORA MERCEDES QUINTILLÀ BRESCÓ, DIRECTORA DE LA ESTÉTICA L´ ATELIER - ¡LA MEDICINA ES MI VOCACIÓN Y LA ESTÉTICA ES MI PASIÓN!


Una mente inquieta, ávida por el conocimiento, admiradora de la belleza en equilibrio; la doctora Mercedes Quintillà Brescó es la Directora Médica de la Clínica de Medicina Estética L´Atelier D´ Estética en Barcelona.
Ella comparte sus experiencias y los momentos que marcaron su camino...

Desde pequeña tuve dos vocaciones, la primera; me encantaba cuidar animalitos, recogía perritos y gatitos de la calle, hamsters, pollitos, cualquier bichito que fuera bebe...
Mis abuelos tenían una casa en Lérida, y pasaba unas temporadas de mi niñez en la montaña y ahí había todo tipo de animalitos, y siempre los pequeños me causaban ternura y yo los cuidaba...
Otra de mis vocaciones era el pintar; me encantaba pintar, tuve la suerte de tener una persona en mi familia; mi abuela paterna quien era una manitas, es más ella me llamaba “Saltimbanqui”, porque nunca paraba quieta.
Me enseñaba a coser, a hacer crochet y hacíamos diseños de ropa para las muñecas…
Algo que era entrañable; era ir con mi abuela a recoger lavanda, las trenzábamos con hilos y seda de color malva y hacíamos unas botellas trenzadas y las poníamos dentro de los armarios para dar mayor olor… ¡Estas cosas son mi esencia!

Parte de sus vacaciones lo pasaba en casa de sus abuelos; disfrutaba de las moras que cogía de las matas, convirtiéndolas en collares; todas esas vivencias aun siguen causando emociones en ella.
A pesar de ser una niña muy hiperactiva, con tanta energía; siempre sintió pasión por la medicina y las bellas artes y aunque no confiaban en sus cualidades, pudo demostrar que con mucho esfuerzo, conseguiría lo que se propusiera.

Podía estar en clases; escuchando la clase de química, leyendo un libro y a la vez pintando... La verdad nadie, ni siquiera mi propia familia consideraba que tuviera la capacidad de concentración o de sacrificio, para pasar horas delante de los libros y estudiar una carrera tan larga como es la medicina.
Yo era muy inquieta, excepto cuando encontraba algo que me interesaba, y siempre he querido ser médico, me entusiasmaban todas las asignaturas visuales, la anatomía y la cirugía; me encanta hacer cosas con las manos, la verdad empecé por ahí.
Aunque todo el mundo dudaba de mí y me afecto tanto que dude de mí misma…
Los tres primeros años fueron duros, la bioquímica se me cruzó, me costó aprobarla y salir adelante, pero con perseverancia llegué a tercero y a partir de ahí, las cosas fueron mucho mejor y termine la carrera; pero de algo estoy segura… ¡La medicina es mi vocación y la estética es mi pasión!


La doctora Mercedes Quintillà contó con el apoyo inestimable, de alguien al cual considera uno de sus mayores referentes.

Tengo que darle las gracias porque cuando me atasque estuvo a mi lado, estuvo ayudándome a estudiar... El Doctor Joaquín Oromí fue una gran ayuda tanto a nivel personal y profesional, fue un gran doctor, fue mi profesor en el clínico de Barcelona, él fue un referente para mí, a parte de ser un gran profesional, era una gran persona.

Recuerda que cuando comentó a su familia la carrera por la cual se había decantado; le aconsejaron el dedicarse a farmacia; porque consideraban que era una carrera menos dura. Pero su visión al final terminó dirigiéndola a aquello que le apasionaba.

No me vi capaz de estar ahí, en una carrera tan técnica y poco artística. La carrera de medicina tiene una parte técnica, indudablemente uno tiene que pasar por esa parte técnica porque uno tiene que tener mucho conocimiento para ser un buen médico, pero tiene ese lado artístico… ¡La anatomía es arte!, ¡Somos un cuerpo, somos una obra de arte!
Es cierto que mi fracaso en los primeros años fue por no ser constante, no puse los codos necesarios para superarlos; porque fue una prueba muy dura y tengo que agradecer de mi madre y a este gran doctor, porque gracias a su apoyo estoy aquí.

Durante un tiempo estuvo trabajando como medico de cabecera en un ambulatorio, ella quería especializarse en dermatología o cirugía plástica; y pesar de diversas circunstancias; nunca perdió las ganas de seguir aprendiendo.

Tengo que agradecer al padre de mis hijos por su apoyo y que en un momento determinado, cuando me quede embarazada de mi hija mayor y lo de estar en casa inactiva no lo llevaba demasiado bien.
Decidí volver a la universidad con el doctor Oromí, preparé la tesina de Trastornos del Comportamiento Alimentario, presenté la tesina de Neurotransmisores del Apetito, y ahí el padre de mis hijos me hizo un gran regalo y fue un máster de medicina estética que se hacía en el hospital de San Pablo.
En esa época mis hijos eran pequeños; mi hija Claudia tenía tres años y Ferrán dos, así que me puse las pilas y volví a estudiar los fines de semana.
Mis hijos eran muy inquietos, algo tenían que heredar de mí. Dormían muy mal, así que cuando tenía que ir a estudiar, me iba con una amiga y me sentaba en el coche y al apoyar la cabeza en el asiento, me quedaba dormida hasta llegar al hospital de San Pablo. Llegaba agotada, pero fueron de las mejores cosas que pude haber hecho y tengo que agradecer a las personas que lo han hecho posible.


Hizo un curso de Dietética y Nutrición, por la universidad de Granada, otro por la universidad de Pamplona, luego una Diplomatura de Dermatología Cosmética en la universidad de farmacia, participó del Máster de Antiaging que se realizó en Barcelona en el hospital de San Pablo y así numerosas especializaciones. Emprendió una carrera intensa de superación con dos niños pequeños, pero nunca perdió las ganas de seguir formándose.

Cuando mis hijos comenzaron la guardería, comencé a trabajar en centros de estética de Barcelona, como dietética y nutrición. Hasta que volví a coger el ritmo de los pinchazos y hace doce años estoy en mi consulta…
Paseando un día, vimos que quedaba este local vacío, era un local para reformar entero y el padre de mis hijos me sugirió la idea de crear una consulta... Yo no sabía dirigir, no me gustaba la economía, pero tuve que aprender, aunque en ese momento le dije que no, porque el tener una consulta suponían muchas horas, pero al final la vida te pone en el camino.
Intente compaginar la vida laborar y la vida familiar. Me deje una parte muy importante de vivencias familiares, de vivencias con mis hijos, por mi profesión… Es cierto que mi trabajo me encanta, me absorbe muchísimo; me pasaba horas mirando las caras y cuerpos de los pacientes, porque cuando tengo delante a un paciente veo como podría mejorar...

La doctora Mercedes Quintillà ha participado de diversos eventos profesionales; eventos en donde se encontraban las novedades, las personas más importantes en la cirugía plástica y estética.
Y todo cuanto aprendió, lo ponía en práctica en ella. Vivió diversos momentos que pudo compartir con su familia y de esta manera implicarles en lo que le apasiona.

Recuerdo que cogía los viales de botox o los inductores de colágeno y me ponía delante del espejo de casa y comenzaba a ver como podía levantar la cola de ceja, como me habían explicado y cuantas unidades tenía que utilizar y así me pinchaba yo misma para ver si resultaba con los esquemas que hacia con las unidades de Botox o con los inductores de colágeno.
Mis hijos eran muy pequeños y cuando me veían, me decían: ¡¿Mamá te estas te estas pinchando?!
Tengo dos hijos totalmente diferentes, mi hija mayor tiene fobia a las agujas y mi hijo pequeño no se inmuta, son personalidades distintas. Es más recuerdo haberlos llevado cuando eran más pequeños a algunos congresos y en la sala de ponencias Claudia no quería entrar y Ferrán se ponía en primera fila, tan tranquilo viendo como se hacían los tratamientos… ¡La vocación es la vocación! 
Me hubiera gustado que alguno siguiera esta carrera, pero no ha sido posible. Así que debo ser el eslabón perdido por la vocación hacia la medicina y la estética.

Fue galardona en el 2017 con el Premio al mejor Experto en Tratamientos de Antienvejecimiento Facial con Técnicas Combinadas, Suturas, Ellanse y Perfectha del Laboratorio Sinclair Pharma.
Es una profesional que busca que sus pacientes, puedan conseguir en su trabajo la calidad que ella exige.

Lo que les propongo lo creo de corazón, no suelo proponer a mis pacientes alternativas que no sea capaz de hacerme a mí misma.
Jamás les dejaría hacer nada que les pudiera perjudicar o que les hiciera tener un aspecto que no fuera el acorde a una estética correcta y natural; jamás le pondría a nadie algo que no viera que le ayudará a mejorar.
La persona que esta delante, quiero que sepa; que voy a hacer lo mejor que pueda hacer, para que sea vea bien.


Nos comenta que sus hijos le regalaron un libro firmado por Noa Gordon titulado “El Medico” una obra con la cual ha disfrutado y es el de sus favoritas; una historia donde una persona es capaz de cruzar el mundo para aprender a curar y pasar tantas dificultades por volver a su país habiendo aprendido de todas las personas que se han involucrado en su vida... Esos detalles son algo que le fascinan; además de que es una mujer con una sensibilidad abrumadora, que tiene un máximo cuidado con todo lo que implica su mundo.

Cuando decidí montar esta consulta; quería que fuera una segunda casa para mis pacientes, que estuvieran tranquilos y relajados; que pudieran encontrar... ¡La mejor versión de sí mismos! Esa es otra parte de mi filosofía.
Por otro lado, me gusta pintar, me encanta la música, leer y restaurar muebles, me encanta la escultura, de hecho me encantan los anticuarios. Todo lo que vez en mi despacho lo compre yo, algunas son heredadas.
Hago spinning, gimnasia cuando puedo; además es algo que necesito; estar doce horas, muchos días, por mucho que te guste y aunque sea tremendamente fuerte; necesito evadirme y suelo visitar los museos y anticuarios; esos son mis hobbies…
Los impresionistas son mi pasión, me pierde Van Gogh, en general, les puedo encontrar casi todo a muchos pintores, “La dama de Armiño” de Leonardo da Vinci, es mi favorito; me encanta “El nacimiento de Venus" de Botticelli...

Cuando nos habla de sus hijos, lo hace con una devoción que emociona; ella los considera “El Mayor regalo que le ha dado la vida” y nos permitir rememorar una de las sensaciones más bellas que pudo vivir.

Cuando iba en coche, y ya estaba embarazada; de golpe note el movimiento de mi hija y tuve que parar el coche y ponerme la mano para volver a notar que estaba ahí y no es pasión de madre, pero mi hija era la niña más bonita que había visto en toda mi vida, ¡Era preciosa! Tenía unos ojos azules rasgados y con su chupete de color malva, le gustaba solo de ese color y lo ponía al revés y tengo fotos de ella, enredando sus manitas en sus cabellos rubios, ahora ya es más moreno y tiene el pelo más rizado, creo que el mejor regalo que me ha dado la vida; es sentir el movimiento de mi hija.

Mis hijos han sido tremendamente agotadores; intentar compaginar mis dos grandes pasiones, que han sido y son mis hijos y mi trabajo, no ha sido fácil, teniendo en cuenta que soy hiperactiva e impulsiva. Los dos aspectos de mi vida, me han absorbido tanto que a veces se me olvida el mundo y a veces ha sido difícil compaginarlo todo, por mi manera de ser, por mi temperamento, porque cuando algo me apasiona me vuelco del todo.

Es una mujer con muchas convicciones, con una forma de ser que la lleva a seguir aprendiendo, luchando por aquello que forma parte de su esencia.
Ella nos deja un mensaje y en pocas palabras lo que representa.

Busquen aquello que les apasiona, porque cuando lo encuentren, lo harán bien y siempre todo saldrá bien.
¡Recordar que lo primero es seguir aprendiendo! 
El espacio que yo he creado aquí, es para que mis pacientes y amigos estén a gusto y espero que se acabe convirtiendo en un oasis de paz, de concordia, de tranquilidad y alegría.


"Como mujer; yo soy dos partes, un alma y un corazón 
e intento que eso se compagine con un cerebro práctico. 
Como profesional Soy lo mismo".





Fotografías cedidas por Dra. Mercedes Quintillà
Entrevista realizada por Karina Casquero Ch.
Agencia de Comunicación You & Me Mkt

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